HACE UN AÑO
Por Rafael González Villegas
Sr. González
Hace un año.
No ha habido un día en que no ocupe un espacio en mis pensamientos. Ya sea en algún recuerdo solitario, en alguna anécdota de sobremesa o en situaciones cotidianas en donde simplemente ya no está, falta. Hoy, el mundo vive los estragos de una pandemia que nos mantiene encerrados, pensando, revisando y recordando. Hace un año me encontraba en Tijuana, Baja California Norte, sin posibilidad de buscarlo y hablar con él en el momento de su crisis. Armando no convivía con sus hermanos, solo con su mamá, nunca hacía referencia a ellos. Su papá falleció hace algunos años. Su familia de facto éramos los botellos junto con Paola Hernández, nuestra representante. Dos de nosotros estábamos en ambos extremos del país en ese momento crucial.
Él me llamaba “Diabluras”, derivación de “El Diablo”, un apodo heredado de otras épocas. Yo le decía “Armándarus”, como uno de sus personajes cuando trabajó como guionista y actor del famoso Güiri Güiri. Otros lo recuerdan de muy diversas maneras, ya que se involucró con muchas personas en diferentes áreas del quehacer musical, literario y de la vida en general. Algunos lo idealizaron, como suele suceder con quien sube a un escenario. Muchos siguen llorando al artista. Yo en lo personal, lo recuerdo como ese amigo al que le conoces lo bueno y lo malo. Así lo estimé y toleré. Vivimos muchas cosas como compañeros de banda. Cuando salí de Botellita al final de los 90, fue con el único del grupo con quien conservé una relación continua. Haríamos programas de radio y le produciría discos. Años después volveríamos a tocar juntos en una segunda etapa, hasta hace un año.
Siempre fue reservado con los desconocidos, pero muy cariñoso con los que lograban cruzar la barrera de una primera impresión. Ponía a prueba a la gente antes de abrirse. En lo sentimental, solía ir tras amores inalcanzables, como buscando inconscientemente el fracaso. Sin embargo, eso no le evitó brindar amor y cariño a muchas personas. Era complejo e intenso, por lo que también hizo grandes enemistades, a veces por pleitos estúpidos.
Hace un año él no pasaba por un buen momento, ni emocional, ni laboral, ni económico. Un cúmulo de miedos, complicaciones existenciales y de salud, se le fueron amontonando en la mente. Tenía terror de envejecer, era algo hipocondriaco y ya lidiaba con algunos achaques; las relaciones con personas importantes en su vida, pasaban por momentos de gran complejidad; Botellita de Jerez vivía en una crisis interna permanente y su continuidad pendía de un hilo; su situación económica se fue deteriorando como nunca ante gastos incontrolables; y su eterna incapacidad para establecer una relación amorosa comprometida, por más que lo deseara (o fingiera no desearla), le evidenciaba una aplastante soledad. Yo, aún conociendo estas situaciones, jamás preví su deseo de suicidarse. Ahora puedo desentrañar varias señales, ya tarde. Estuvieron ahí de muchas maneras que nadie supo interpretar.
Armando veía la realidad de una forma pesimista. Él compensaba esto con humor, a veces cáustico y sarcástico, a veces burlón e infantil. Podía provocar la risa en otros, mientras en su interior reinaba la fatalidad. Se reía de sí mismo. No tenía empacho en salir con las caras más ridículas en las fotos de la banda. Con ironía se reía del poder. Coqueteaba haciendo reír a las mujeres. ¿Cómo detectar así una depresión? A Paola le dijo en varias ocasiones que le encargaba los trámites de su velorio para cuando él falleciera. ¿Era una broma? ¿Era una petición real? En cierto momento, Armando dejó de sonreír y hacer gestos en las fotos de los últimos meses. ¿Cómo interpretar eso? Al final lo entendimos de la manera más cruda.
Entre sus conocidos tenía fama de sufrido y chillón (“Cucurrucucú”… no llores), por lo que muchas veces dejamos de tomarlo en serio. Tenía vocación de mártir. En lo personal, yo bromeaba con él cuando comenzaba a chantajear por algo. Era un chingaquedito conmigo y competíamos por ver quién desconcertaba al otro primero. Le tuve mucho cariño y sé que él también lo tuvo por mí. Esa forma de llevarnos no me ayudó a detectar su intención. Armando sabía que tarde o temprano acabaría con su vida. Tal fue la frialdad y precisión con la que ejecutó cada paso que lo llevó a la muerte, que no me queda duda. Él solo necesitaba un disparador y éste llegó en la forma de una denuncia por pederastia en la cuenta @MeTooMusicosMx de Twitter.
Ese amigo de actitud machina al que conocí al final de los 80, con el tiempo fue cambiando, ya era otro. Como todos, fue un hombre resultado de su tiempo y cultura. Pero también tuvo la capacidad de transformarse. Quería un mundo justo y eso implicó, entre otras cosas, reconocer la lucha feminista, misma que lo confrontó ante su propio machismo. Sus ideas evolucionaban y siempre buscó ser muy congruente entre su forma de pensar y actuar. Fue sin duda, a partir del nacimiento de su hijo, que también hubo cambios sustanciales en su concepción de un mundo diferente.
En una plática que tuvimos muchos años antes, al final de los 80, me manifestó con lágrimas en los ojos, su gran deseo de ser padre. Él se sentía incapaz de establecer una relación estable. Con su argumento de no creer en el “amor romántico”, ingenuamente pensó que, aunque no tuviera una relación convencional con una pareja, podría tener un hijo. Nada lo preparó para las situaciones que provocaría llevar su idea a la práctica. La realidad le jugó sus cartas en contra.
Aún así, a partir de ese nacimiento, complicado como era y con sus contradicciones, Armando comenzó a ver las cosas con cierto optimismo, resultado del gran amor que profesaba a su hijo. Se vio motivado a componer y escribir para niños desde una perspectiva ecológica y social. Buscó un futuro mejor para las nuevas generaciones. Paralelamente le atrajo la fotografía, daba talleres literarios, viajó por el mundo trabajando para revistas o acompañando a su amiga Beatriz Rivas, con quien compartió la buena vida, tomaba buenos vinos y llegó a escribir con ella libros a dos plumas y otros experimentos literarios. Se relacionó con diversos círculos ligados a la filantropía, las causas sociales, al periodismo, al arte culinario, a la literatura, al cine y a la música.
¿Cuál habrá sido su sorpresa cuando vio en las redes aquella acusación en su contra? “Estoy muy sacado de onda”, nos comento ese domingo en el chat de Botellita. Quisimos calmarlo hasta que dejó de chatearnos por la tarde. Nos eludió y buscó a otros, pero no dejó entrever a nadie su intención. Solo le envió a Paola el último mensaje de todos, ya por la madrugada del 1 de abril. “Te voy a pedir la terrible tarea de encargarte de mi velorio”.
En la carta de despedida que dio a conocer públicamente, minutos antes de salir de su casa rumbo al sitio donde se colgaría, fue claro al deslindar al movimiento @MeToo de su decisión. En pláticas previas que tuve con él al respecto, conversamos sobre el tema de @MeToo. Las redes sociales en internet permitieron por primera vez, que una mujer víctima de abuso por parte de un hombre, se sintiera respaldada por otras mujeres que intermediaban y así, en un ejercicio de empoderamiento, ésta se sintiera libre para denunciar a su victimario. La consecuencia para el acusado en cuestión se traducía en un juicio moral, más que legal, que en alguna medida resarcía el daño. Sin embargo, me parece que @MeTooMusicosMx tuvo un proceder particularmente distinto al de otras cuentas de @MeToo. El anonimato de la víctima, necesario y comprensible en estos casos, no solo fue de la denunciante, sino también de quienes administraban la cuenta. En términos generales, se desconoció a qué intereses respondían realmente. Sin seguir algún protocolo que contemplara entre otras cosas, la presunción de inocencia de Armando, su ataque fue orquestado, tajante y virulento. Un espacio que tendría que haber funcionado como el apoyo para una posible víctima se convirtió en realidad, en un irresponsable foro para atacar impunemente a una persona y amplificar el caos. La marca moral sobre Armando fue indeleble, más allá de ser cierto o no su supuesto proceder. “El artista que toca y escribe para niños, además es pederasta”.
Pocos repararon en que Armando simpatizaba con el feminismo. Basta echarse un clavado en sus redes para constatarlo. Aparentemente el “fuego amigo” le asestaba un golpe demoledor. Durante los días posteriores a su muerte, internautas en la búsqueda de un responsable, mencionaron nombres de personas supuestamente ligadas al ataque, algunas de ellas relacionadas a cierta etapa de la revista La Mosca. Sin embargo, no pasaron de ser acusaciones sin pruebas. Al otro lado del espectro estaban los absurdos grupos disque revanchistas. Estoy seguro que a Armando, nada le hubiera causado más desconcierto que ver cuentas como @MeTooHombres, que estúpidamente intentaban “reivindicarlo”. Los mismos que, cuando Botellita de Jerez reiteró lo escrito por Armando en su carta pública, nos acusaron de tibios y cobardes.
Tuve entonces una teoría: Como parte de un ambiente intencionalmente polarizado, intereses mezquinos, intervinieron para alterar la conversación orgánica de las redes en torno al feminismo. Con los datos que conocemos ahora, esta idea que sonaba entonces descabellada, ya no lo es. En el contexto descrito, apareció una cuenta de twitter con una posición notoriamente violenta. Tal fue mi interés por saber qué había tras el manejo poco claro de @MeTooMusicosMx, que busqué la forma de conocer más, de saber como se dio la actividad en las redes en torno al suicidio de Armando. Además, busqué que fuera con un enfoque científico. Menuda empresa de investigación intenté buscando a expertos en la materia, pero al final, cuando no pude costear su trabajo, me detuve. No sé que hubiera encontrado de haber avanzado por esa linea, pero posiblemente los resultados no solo hubieran satisfecho mis dudas, o no, muy probablemente hubieran acentuado también el ambiente general de odio y división. Yo no quise eso. Acepté que a mi amigo ya nadie lo regresaría a la vida y que habrán secretos que solo podré intuir, más nunca saber.
Hace un año, el golpe de odio pegó en alguien debilitado y fue donde más daño pudo haber ocasionado. Para Armando, que en todo momento alegó inocencia, le fue imposible ya reírse de sí mismo. No hubo humor cáustico que funcionara para compensar el terror que enfrentaba y entonces tomó sentido aquella vieja idea del pasado, mitad alarde, mitad en serio: “moriré a los sesenta y algo”.
Su fallecimiento fue noticia mundial. Un torbellino de opiniones, chismes, dimes y diretes en donde la falta de empatía, la ignorancia y mala leche, tuvo como contrapeso multitudinarias muestras de cariño hacia mi amigo. El principal afectado de su decisión fue sin duda, su hijo, que por lo pronto perdió a su padre. Los acertijos que el chico tendrá que resolver en el futuro se vislumbran complejos. Fuerte y difícil tarea para su madre también, ahora que el pequeño debe estar rayando su primera década.
Como saben, hace un año Botellita de Jerez se disolvió de manera inmediata, tanto como la muerte misma de Armando. ¿Cómo seguir con un equilibrio tan frágil como el que teníamos antes de todo esto? En lo personal, hubiera deseado cerrar la historia del grupo con un gran concierto de despedida, a lo grande, con invitados y claro, recordando a Armando. Pero los miembros de la banda hemos procesado su muerte de diferentes formas y no logramos ponernos de acuerdo. Nuestros desencuentros han hecho difícil que este cierre pueda ser como lo planteo arriba. Mañana 2 de abril, se estrenará en redes un acústico grabado por Santiago, Paco “El Mastuerzo” y yo, que hicimos para Fonarte Latino (distribuidora de nuestro último disco). Tres temas sin previo ensayo e improvisando. Salió bien, pero me temo que no llegaremos más lejos que eso.
Tras el velorio, me alejé de tanto ruido. Por eso no he dado declaraciones a los medios. Hice un artículo para la revista Contratiempo de Chicago y nada más. Es hasta ahora, que realmente les cuento cómo lo he vivido. Opté por llevar mi duelo y tristeza de forma íntima. Creer en la inocencia de Armando no ha dejado de ser, en alguna medida, un acto de fe, algo extraño para un escéptico como yo. La fe no solo es ciega (como dice el cliché), implica una alta dosis de esperanza por parte de quién la profesa. Yo prefiero tener confianza, ya que ésta se construye con hechos concretos y, por los hechos que llegué a conocer a lo largo de los años, deduzco su inocencia. Pero también reconozco que hay una pizca de fe en esta conclusión, de creer sin contar con todos los elementos irrefutables, de tener la esperanza de intuir bien. Era inocente.
Lo que sí es claro, es que Armando ya no está físicamente con nosotros como resultado de su propia decisión. No pretendo que lo emulen. Amo la vida como el superviviente de cáncer que soy. Nunca estaré de acuerdo con lo que hizo, fue el acto más egoísta e irreversible que pueda existir. Pero aún así, aunque sea con mucha tristeza, acepto y respeto lo que él mismo definió como un acto consciente, voluntario, libre y personal. Finalmente es lo que hace un amigo.
México a 1 de abril del 2020.
Detrás de los discos: Mis colaboraciones
Fratta
A lo largo de mi carrera he tenido colaboraciones cercanas con otros músicos. El mejor ejemplo es mi participación en el grupo de Fratta, a quien conocí al final de la década de los 80. Días en que por los muros del sur de la Ciudad de México se podían ver grafittis de estilizados ojos que decían a un lado, Romántico Desliz. Fratta había pertenecido al grupo Ninot, pero estaba dándole forma a su propio proyecto musical.
Siendo pareja de Mila Ojeda, hermana de mi compañero en Botellita de Jerez, Santiago, solo fue cuestión de coincidir en un par de reuniones, para recibir su invitación para tocar la percusión con él. El 27 de enero de 1990 nos presentamos en el LUCC, integrándome a una banda conformada por Carlos Walraven en la batería, El Manco en el bajo, Humberto Calderón en la guitarra, Felipe Maldonado en el sax y Mila disparando secuencias de una computadora ubicada dentro de un refrigerador. El lugar entero estuvo atravesado en los costados, por dos gigantescos y espinosos tallos de rosa, cuyas inmensas flores se entrecruzaban al fondo del escenario.
Después de eso, pasó un buen rato antes de volver a tocar juntos. Él se integró entonces al grupo Casino. Para 1994, Discos Culebra sacó su primer disco “Romántico Desliz”, a la par de ser el ingeniero de sonido de Botellita. Cuando comenzó la promoción de éste, me invitó a tocar lo que en la grabación hizo Armando Montiel. Desde entonces comenzamos a colaborar juntos en una banda metamórfica, por la que han desfilado un sin fin de grandes músicos como Hector Page, Julio Díaz, Mary Urtuzuástegui, Edusrdo Dyer, Julieta Venegas o Gustavo Jacob, entre otros.
El primer disco que grabé con él fue el “Acústico Deslíz” de 1995, grabado para La Solitaria, subsello del subsello de BMG/Areola, Discos Culebra. Después dicha empresa lo metió injustamente en una congeladora. Tras un altercado con el nuevo director de Culebra, Ivan Morales, no lo dejaron grabar nada hasta que se acabó su contrato.
Mientras tanto, por esos años fueron los conciertos en apoyo a las comunidades zapatistas tras el alzamiento del EZLN, en los que estuvimos muy involucrados. Julieta Venegas por su cuenta, nos invitó a Fratta y a mí, para ser parte de su grupo, La Milagrosa. Igualmente, cuando arrancaron los conciertos de Sr. González en 1997, él comenzó a tocar el bajo conmigo.
Por fin, vino su EP “La Espuma de los Días” de 1998, nombre inspirado en el título de la novela de Boris Vian. Poco después llegó el disco “Realidad” en 1999, su primer larga duración post Culebra, ambos editados por Discos Intolerancia.
En los tiempos en que tuve Discos antíDOTO, sacamos el disco “Motel” en 2002, y la recopilación “GrandeSexitos” en 2004. Vendría una etapa en la que trabajaría como músico de otros artistas.
Sería hasta el 2008 que volveríamos a grabar algo nuevo. El disco “Malafama”, que como he narrado antes, salió justo en el momento que yo enfermé de cáncer.
Pasarían unos años más, antes de su más reciente disco llamado “Nubosidad Variable” del 2016. Desde entonces, nuestra cercana colaboración se ha dado más en la cancha de Sr. González. Hoy, es parte de Combo Movox, mi nuevo proyecto con Zaira Franco, a quien conocí por cierto, tocando en un concierto de Fratta, como a muchos de los músicos que me han acompañado.
Julieta Venegas
A Julieta la conocí en 1994, cuando ambos tocábamos con Fratta. Tenía poco tiempo de haber llegado a la Ciudad de México desde Tijuana. No tardó en cautivar a más de uno con su muy personal estilo de componer.
Fratta la invitó a integrarse en su banda y los conciertos solían comenzar con un par de sus temas, mismos que cantaba sola en el piano. Venía de tocar en la primera formación del grupo Tijuana No!, a quienes heredó su primer éxito, “Pobre de Mí”.
Una vez aquí, intentó sin suerte crear una banda. Recuerdo bien cuando, al finalizar un ensayo, nos propuso a Fratta y a mí que la acompañáramos. Ambos aceptamos gustosos. Así se conformó La Milagrosa, que en una primera formación fuimos Fratta en el bajo, Julieta en el acordeón, piano, programación de ritmos y voz, y yo en la percusión. Fue muy incentivante para mí, complementar sus ritmos programados de manera empírica, creando ensambles percusivos poco convencionales pero efectivos. Después incorporó al baterista en turno con Fratta, Ivan Moreno, que vino a enriquecer el sonido de La Milagrosa. Eventualmente tocó también Joselo de Café Tacvba, que en esos días era pareja de Julieta.
Tras dos años de tocar juntos, logró la atención de BMG/Ariola y del productor Gustavo Santaolalla. Incluso fuimos a tocar en el House of Blues de LA, Ca., donde nos escuchó Aníbal Kerpel, socio de Santaolalla. Fue así como la mesa se puso para grabar su primer disco, “Aquí” que se editó en 1997.
A partir de ese momento, dejó atrás La Milagrosa y comenzó a proyectarse solo como Julieta Venegas. Yo fui el único del grupo que fue a LA para grabar en la cohera del renombrado productor argentino, unos temas que si bien me eran familiares, ya tenían arreglos completamente distintos. Quizás el único que sonaba de una manera similar a nuestra interpretación en La Milagrosa fue “De mis Pasos”.
Después, llegué a tocar con ella junto a su nueva banda en un par de ocasiones, como parte de la promoción de su disco debut. Desde entonces, ella siguió su exitoso camino con una nueva dirección, no sin antes tener una pequeña colaboración en mi primer disco.
Café Tacvba
Así como conocí a Julieta Venegas por Fratta, por Julieta conocí a su pareja, Joselo Rangel de Café Tacvba. Un día, recibí su llamada donde me propuso acompañar a los tacvbos en un palomazo para una entrevista en la estación de radio Rock 101. Me costó mucho tener que decirle que no, ya que tenía un compromiso previo. Por suerte la invitación se repitió y en cuestión de unas semanas, comencé a acompañarlos en diversos lugares como el Bar Mata, en una protesta anti nuclear frente a la embajada francesa o en la librería El Péndulo.
También invitaron a varios bateristas, incorporándose finalmente Iván Moreno. Hasta ese 1995, Café Tacvba se había caracterizado por usar caja de ritmos, pero ahora tenían una base rítmica humana. Inicialmente los ensayos fueron en la casa familiar del Meme, en Echegaray. Al terminar uno, mientras nos daban un aventón por las calles de Satélite, nos hicieron la invitación formal a Iván y a mi para participar en el Unplugged de MTV que se grabaría en Miami, Fla. Por supuesto que aceptamos sonrientes.
Los ensayos comenzaron a hacerse en casa de Ivan en la col. Obrera, en donde igual llegaban músicos de Fratta, Julieta o Molotov, todas estas, bandas en las que nuestro baterista tocaba. Participar en su programa ha sido una de mis mejores experiencias como músico. Comúnmente, al poco tiempo de realizarse un Unplugged, las bandas solían lanzar el disco correspondiente. No fue así en el caso de Café Tacvba. Por cuestiones contractuales con su discográfica, el disco en cuestión saldría hasta 2005.
Sin embargo, pronto me invitarían para grabar en el tema “No me Comprendes” del disco “Avalancha de Éxitos”, de 1996. Nuestra siguiente colaboración fue en 1997, para mi disco debut en donde los tacvbos participaron en la canción “El Fin de la Historia”.
Mi siguiente grabación con ellos fue “Una Mañana”, tema que aportaron para el disco “José José un Tributo” de 1998. La canción me era muy familiar, ya que la habíamos montado para el Unplugged, aunque no salió en la transmisión del programa. En los siguientes años participé en los discos solistas de Joselo y Rubén, de los cuales ya hablaré, pero con la banda completa volvería a grabar hasta el disco “SiNo” de 2007, en el tema “El Outsider”.
Joselo y Rubén
Mi colaboración con los tacvbos ha sido muy variada. Grabé en algunos de sus discos y ellos en “El Sr. González y los Cuates de la Chamba”. Pero no solo se restringió a estas grabaciones.
En el año 2001, Joselo hizo su primer disco solista, al que tituló “Oso”, eligiendo como productor a su compañero de grupo, Rubén Albarrán. Me invitó a ponerle percusión en un par de rolas. La banda que lo acompañó entonces, tanto en la grabación como en las siguientes presentaciones en vivo, fueron los Liquits. Yo también participé en un concierto que hizo en El Hábito, en Coyoacán.
En el año 2002, Rubén me convocó para grabar en un disco de los Esquizitos, que él estaba produciendo. Lo llamarían “Original Banda Sonora”. Por desgracia, ese disco nunca salió y hasta donde entiendo, se encuentra enlatado. Pasó el tiempo y en 2006 llegó una nueva invitación, ahora, para grabar en un disco que Rubén hizo con su pareja, motivados por el cercano nacimiento de su hijo, en el proyecto Sizu Yantra. Éste se llamó “Bienvenido al Sueño». Después, ellos hicieron una serie de presentaciones en el domo digital del Papalote Museo del Niño, en un espectáculo multimedia.
Antes de volver a tener contacto con alguno de ellos, atravesé y sobreviví la experiencia que me tocó vivir con el cáncer. Una vez pasado el trance, comencé a reconectarme al mundo. Le llevé mi mi disco “Un Mundo Frágil” a Joselo en la segunda mitad del 2011. En ese encuentro, me invitó a participar en La Chilanga Banda, grupo que había armado para acompañar a Jaime López en la FIM de Guadalajara. Vendrían una serie de conciertos y me invitó a integrarme. La banda en cuestión era Café Tacvba, Andrea Balency, Ramiro del Real y me sumé yo. Tocamos en el Festival Rock por la Vida en Guadalajara, el Teatro de la Ciudad y el Vive Latino. De la presentación en el teatro se hizo una grabación, la cual aún no ha visto la luz.
Kenny y los Nuevos Eléctricos
A Kenny Avilés la conocí cuando los botellos alternamos con ella y sus Eléctricos, en una gira por el estado de Guerrero durante 1995. Al poco tiempo de haber sacado mi disco “El Sr. González y los Cuates de la Chamba” en 1998, recibí la invitación para tocar con Kenny y los Nuevos Eléctricos, una reestructuración de su banda, por la que por cierto, han pasado infinidad de músicos. A la par de promover mi disco debut, me integré así a una banda conformada por Kenny en la voz y armónica, su pareja Edgar Carrúm en el bajo, Jorge “El Wash” en los teclados, Memo Asencio en la batería y Beto Bañuelos en la guitarra.
Después de dar algunos conciertos en distintos puntos de la república mexicana y antros de la capital, el 10 de abril de 1999 grabamos el disco en vivo “Sensaciones Electroacústicas”, que hicimos en el Hard Rock Live de la CDMX, junto a algunos invitados. Por esos días, los hidrocálidos Miguel Góngora y Julio Díaz, eran un par de jóvenes que acompañaban a los sobrinos raperos de Kenny, en el proyecto Coyote.
Al salir Beto del grupo de Los Nuevos Eléctricos se integró Miguel como nuevo guitarrista, a la par de que Julio se convirtió en el nuevo baterista de Santa Sabina tras la salida de Patricio Iglesias. Para el año 2000, yo me enfoqué en la grabación de lo que sería mi segundo disco “La Vida es El Viaje” e invité a Miguel y Julio como nuevos Cuates de la Chamba. A Kenny la invité específicamente a cantar conmigo en el tema “Perla Escondida”. Por su cuenta, Los Nuevos Eléctricos también entraron al estudio para grabar “Alma Beta”, disco en el que fui invitado. Julio y Miguel también tocarían con Fratta. Sin duda eran tiempos de promiscuidad musical. Una comuna de músicos en donde todos tocábamos con todos.
Tex Tex
En 1987, yo tocaba en el grupo Baraja y me hice amigo de Francisco Barrios “El Mastuerzo” de Botellita de Jerez. Él había producido los discos de Trolebús, Mamá-Z y estaba por hacer el primer disco de Tex Tex. Quería producirnos también, pero las circunstancias no lo permitieron. No obstante, me invitó a participar en el disco de los muñecos. Grabé la percusión de los temas “Cantinero” y “Un Toque Mágico”, la que le dio nombre al disco. La portada, por cierto, estuvo a cargo de Eduardo Dyer.
En 1988 se deshizo Baraja, a la par de que Sergio Arau se salió de Botellita. “El Mastuerzo” me invitó a integrarme en la reconformación de su banda. A su vez, le pidió a Lalo Tex tocar en Botellita de Jerez mientras conseguíamos al guitarrista definitivo, que después de cuatro conciertos terminó siendo Santiago Ojeda.
Pasó algún tiempo antes de volver a colaborar juntos en términos discográficos. Cuando grabé “El Sr. González y los Cuates de la Chamba” en 1997, Lalo fue uno de mis invitados. Pero fue hasta el año 2001, cuando fui convocado por los Tex Tex para grabar en su disco en vivo “Los Muñecos Desenchufados”, que se realizó en el Comic Rock Show el 21 de diciembre de ese año y que salió el 2002. En los meses siguientes continué tocando con ellos esporádicamente. Hicimos una gira por Chiapas y un concierto en el zócalo de la CDMX festejando sus 18 años.
Mi concentración en Discos antíDoto, tuvo que ver en que gradualmente dejara de tocar con ellos, no sin antes grabar en su disco “De Donde Somos y a Donde Vamos” en 2004. Al final del 2015, me volvieron a invitar para su concierto en la FILIJ. Ahí hablamos sobre la posibilidad de que yo les produjera un disco, idea que se reforzó cuando volvimos a coincidir en un concierto de Real de Catorce en el Foro Hilvana, unos días después. Vi a Lalo en una cafetería del centro y planeamos que, al comenzar el 2016, conociera el estudio donde solían grabar. El domingo previó a nuestra cita acordada, un paro cardiaco detuvo la vida de mi amigo.
Monocordio
Cuando hacíamos el programa de la “Oficina Bizarra” en Radio al Cubo por el año 2001, Armando Vega-Gil me llegó a comentar que tenía un amigo con el que me llevaría bien. Se refería a Fernando Rivera Calderón, con quien tenía un grupo musical de parodia política en el noticiero del Canal 40, al que llamaban Palomazo Informativo.
Cuando arranqué Discos antíDOTO en 2002, debutamos con un disco compilatorio, con diversos materiales que me hicieron llegar y al que llamé Capicúa Beat. En éste incluí el tema “Lejos Cerca” de Monocordio, descubriendo a su vez, que era el proyecto personal de Rivera Calderón. También lancé su primer EP, que había producido Carlos Walraven, llamado “M0n0c0rd10”, de donde provenía dicha canción.
Posteriormente en antíDOTO, además de producir al Palomazo Informativo, comencé a producir los discos de Monocordio, con la peculiaridad de que también me fui integrando a una banda que estaba en formación. En 2005 sacamos “La Hora del Tiempo”, que se pre produjo en un departamento al que acababa de llegar recién divorciado. Ya desde los trabajos con el Palomazo, había invitado a la pianista argentina Laura Vázquez, que pronto se convirtió en una pieza fundamental del Monocordio de esos años.
Como parte de una serie llamada “¿Cual es tu Rock?”, la discográfica EMI sacó con mi producción artística, el EP “El Primer Rayo de Sol”, del cual se desprendió uno de los temas más emblemáticos de Monocordio, “Siempre te Busqué”. En 2007 re editamos el EP debut, al que le añadimos algunos remixes hechos por Alex Otaola y por mí.
Le seguiría el disco “La Verdad es una Mentira en los Ojos de Quien la Mira” del 2008 y que sería el último disco de Monocordio con mi producción y en antíDOTO.
Durante los dos siguientes años, yo estaría fuera de circulación por mi lucha contra el cáncer. Aún así, tendría una pequeña participación a distancia en el disco “El Diablo es el Ego de Dios”, que produjo Walraven en Tepoztlán. De regreso al mundo y a la vida grabaría, ahora como invitado, en el disco en vivo “Monocordio 10 años”, que se grabó en el Teatro de la Ciudad el 30 de julio de 2011. Sería mi última participación con el proyecto de Fernando, mismo que tomaría nuevas direcciones.
Nirgal Vallis
Mientras estudiaba arquitectura en 1984, conocí a Ramón Nakash, estudiante de administración. Coincidimos en nuestro gusto por el progresivo. Junto al compositor y tecladista Jose Luis Fernandez Ledesma y el guitarrista Alejandro Schmidt, era parte del grupo Nirgal Vallis donde tocaba el violín. Yo mientras, tocaba la percusión en Café con Leche, banda world conformada por haitianos, mexicanos y estrenábamos cantante, Claudia Martínez de Alba.
Por su lado, Ramón me invito a tocar la batería en una grabación que estaban por hacer. Acepté pero había un detalle, yo carecía de una batería. Así que le pedí a la pareja de mi prima que me prestara la suya. Ellos tenían un grupo de música infantil llamado El Gorila y su Pandilla. Comenzamos a ensayar en casa de José Luis. Para mi sorpresa, invitaron también a Claudia. De pronto, colaborábamos en dos bandas a la vez.
En esos tiempos hacer un disco independiente era muy difícil. Como dios nos dio a entender entramos al estudio. Lo que originalmente iba a ser una compilación de varios grupos, terminó por ser un split. Una cara con Nirgal Vallis y la otra con Arturo Meza. En el último momento, Arturo decidió poner música para meditar en vez de canciones. Grabamos en el estudio de Alejandro Fernández en un departamento de la Unidad Independencia. Sería el primer disco del sello “Gente de México”, como originalmente se iba a llamar el compilado. Dicho sello editaría después la extensa obra de Meza. Nuestra mitad se llamó “Y Murió la Tarde” y nunca la tocamos en vivo. La de Arturo se llamó “In Principio”.
Diez años después, Ramón y Alejandro asistieron a una convención de rock progresivo en LA y conocieron a un brasileño que había editado una enciclopedia del género. Cuando supo que eran de Nirgal Vallis, banda que aparecía en su libro, se emocionó y los presentó con unos franceses dueños del sello Musea. Ellos les ofrecieron editar el material, a lo que Ramón les explicó que solo era medio disco. Pero les propuso hacer la otra mitad al volver a México. Así que, diez años después volvimos al estudio. Esta vez, con Julio Sandoval en el bajo. “Y Murió la Tarde” con dos caras, se editó en Francia en 1995.
Claudia Martínez de Alba/Tonana
Tras habernos conocido en 1984, al coincidir en los grupos Café con Leche y Nirgal Vallis, Claudia Martínez de Alba y yo comenzamos una serie de colaboraciones musicales, pero sobre todo, una amistad que perdura hasta hoy. Claudia era una cantante en la búsqueda de un sonido propio, que la hizo explorar en el canto nuevo, el rock y finalmente desarrollar un proyecto ligado al world music. Esto se dió a raíz de acercarse, en una primera etapa a la música zapoteca y posteriormente a música hecha en otras lenguas indígenas.
En 1997 me pidió que le produjera un disco de canciones del istmo, pero en un concepto contemporáneo. Junto al guitarrista peruano Ángel Chacón y el ingeniero Felipe Kobeh, grabamos “Xquenda”, que atrajo la atención de Milán Records, que editó el disco y nos llevó al MIDEM en Cannes, Francia.
Mi colaboración con ella hubiera llegado hasta ahí, ya que estaba decidido a enfocarme en la promoción de mi disco debut “El Sr. González y los Cuates de la Chamba”, pero nuestro amigo común Eduardo Dyer, también integrante de Sr. González, me convenció de involucrarme en su segundo disco. Claudia trabajó con el poeta maya Alberto Gómez Pérez, para componer una serie de temas cuyos arreglos estuvieron a cargo de Dyer, Chacón y yo, nuevamente con mi producción artística. El resultado fue “Tonana”, del año 2000. Recuerdo con aprecio, como Claudia tuvo a bien prestarme por un tiempo, un espacio para que yo pudiera ensayar con mi propio grupo. Para promover “Tonana”, se conformó una banda en la cual se llegó a integrar como bajista Fratta (otro cuate de la chamba) y con la cual viajamos en dos ocasiones a Canadá. Desde entonces, Claudia adoptó Tonana como nombre artístico.
Tras esta etapa yo volví a mi dinámica, más relacionada al rock mexicano, por lo que en su siguiente disco “Lazos” del 2004, colaboré solo en un par de temas. En 2006 aparecería el disco recopilatorio «The Mystery of Mayan Chart» donde aparecen algunos temas en los que estuve involucrado. Así se cerraría un ciclo de colaboraciones musicales con mi amiga.
Detrás de los discos: Botellita de Jerez
Niña de mis Ojos
En 1989 se lanzó el disco “Niña de mis Ojos”, cuarta producción de Botellita de Jerez y la primera en la que participé.
El grupo se estrenaba como quinteto desde 1988, tras la salida de Sergio Arau, siendo Francisco Barrios “El Mastuerzo” y Armando Vega-Gil los que decidieron dar continuidad al grupo. Fue cuando ingresamos Santiago Ojeda, Benjamín Alarcón y yo.
La portada estuvo a cargo del fotógrafo Carlos Somonte y la diseñadora gráfica Rocío Mireles. Algunos creen que es un colage, pero en realidad es una sola foto en la que aparecemos todos los implicados. Invitamos amigos y familia para que participaran en ella. Queríamos representar una tregua de la lucha de clases. La Niña de mis Ojos es representada por la actriz Claudia Ramírez. El diseño trató de representar un cuadro bizantino donde Claudia y nosotros tenemos aureolas y el espacio entre nosotros simula una capa en chapa de oro, como se usaba en esos cuadros.
Esta es la edición española de un sencillo, del cual nos enteraríamos de su existencia muchos años después.
El concepto en términos musicales lo manejamos con el nombre de “La canasta básica de la música popular mexicana”. La difusión del tema que le da nombre al disco, representó un fuerte cambio en la imagen que el público tenía de Botellita de Jerez, que generó simpatías, como rechazos. El grupo se transformaba.
Busca Amor
Entre 1990 y 1993 Botellita de Jerez vivió su época más polémica. Ya desde su etapa como trío, el grupo había experimentado con ritmos tropicales como fue el caso de la canción “Te gusta a ti ese son”. En el disco “Niña de mis Ojos” del 89 grabamos una cumbia descarada llamada “Que se acaben los guapos” en una búsqueda por acercarnos la música realmente popular en México, misma que no estaba exenta de discriminación clasista y malinchismo. Por esos días Caifanes tuvo su primér éxito masivo con la cumbia “La negra Tomasa”, así que en un contexto en el que Batman estaba de moda por el estreno de una película, sacamos “La Abuelita de Batman” en un maxisencillo (1990) junto a “Que se acaben los guapos”.
Ese fue el punto de partida para grabar un disco de larga duración en 1991, donde mezclamos la cumbia con el rock llamado “Busca Amor”, del cual diseñé la portada, por cierto. El resultado fue desconcertante. Nos comenzaron a tratar como indeseables por nuestro atrevimiento y mal gusto. El tiempo demostró que no estuvimos equivocados. Actualmente son comunes y aceptadas las ideas por las que fuimos duramente criticados.
En aquel entonces, se sumó a esto, nuestro acercamiento a Televisa y la frialdad de un disco hecho a partir de tecnología novedosa, pero fría, sin visceralidad, terminaron por crear una bomba de tiempo, que se traduciría en importantes cambios en la dirección que tomaría el grupo a partir de entonces, entre estos, la salida de Benjamín Alarcón de la banda.
Forjando Patria
Corría el año 1993 y habíamos llegado a un callejón sin salida. Ciertos caminos que habíamos decidido tomar, nos llevaron a un lugar en el que nunca quisimos estar. La experimentación con la programación de secuencias que nos alejó de un sonido orgánico, nuestro criticado acercamiento a Televisa y el limbo en el que entramos, por un lado, al no terminar de ser parte de la escena de los bailes populares, donde nos veían como bichos raros, y por otro lado, el rechazo de la escena roquera de la que habíamos surgido, pero que nos veía como traidores, se sumaron en un coctail explosivo que terminó por reventarnos en la cara.
Así que drásticamente rompimos con todo y comenzamos de nuevo. Este rompimiento implicó terminar con el representante en turno; terminar con la discográfica PolyGram teniendo que pagar por la carta de retiro; terminar con Benjamín Alarcón que ya no jalaba parejo con nosotros; terminar con inútiles incursiones teatrales que nos alejaban de nuestro verdadero propósito, hacer música; y terminar con Televisa, aprovechando las invitaciones de otras televisoras para así, provocar su veto. Santiago Ojeda, Paco Barrios “El Mastuerzo”, Armando Vega-Gil y yo, Botellita de Jerez, nos quedamos completamente solos y desde cero.
Grabamos la maqueta de lo que sería un nuevo disco, llenos de coraje y con la clara intención de regresar a un sonido visceral. Nuevamente retrataríamos a México pero desde una nueva perspectiva, una más combativa. Nos pusimos a leer varios libros sobre la idiosincracia del mexicano, de manera simultánea y los discutíamos. Así escribimos algunas de las nuevas letras.
Buscamos alguien que se interesara en producirnos y no tuvimos empacho en buscar a John Paul Jones (Led Zeppelin), David Byrne (Talking Heads) y Mitchel Froom (productor de Los Lobos), logrando el contacto solo con los dos primeros. Sin embargo, más allá de mostrarnos simpatía, no pudimos concretar nada con ellos.
Llegó el año 1994 y con éste, el alzamiento zapatista. Nuestra música definitivamente estaba describiendo el momento que vivía el país y pronto nos involucramos en los conciertos que apoyaron este movimiento. Apenas ahí, fue cuando compusimos el tema “Forjando Patria” que terminó siendo el nombre de nuestra nueva creación, un cúmulo de canciones que ahora tocábamos a un nuevo público, el universitario.
En la mitad del año, llegaron a un concierto que dimos en el Rock Stock, Saúl Hernández y el director de la discográfica BMG, Jesús López, que cuando se enteró que no estábamos firmados con nadie, nos propuso entrar al subsello Culebra, que ya nos había rechazado antes. A partir de esto, fue en cuestión de semanas que viajamos a Los Angeles para grabar el gran “Forjando Patria”, que presentamos en el Museo de Culturas Populares, en Coyoacán, el 14 de septiembre de 1994. Se escribía una nueva página de nuestra historia.
La portada fue una fotografía tomada por Ricardo Kirchner y el diseño gráfico es de Mila Ojeda, hermana de Santiago y fundadora de Botellita de Jerez.
A partir del año 1995, yo tuve una de las etapas más intensas de mi carrera. Además de participar en Botellita de Jerez, que por esos días se encontraba inmersa en los conciertos en apoyo a las causas zapatistas, también recibí tiempo antes, la invitación de Fratta, que por entonces era nuestro ingeniero de sonido, para participar en su singular proyecto musical. Tocando con él conocí a Julieta Venegas, que a su vez nos invitó a su grupo, La Milagrosa. Y por Julieta establecí una buena amistad con el tacubo Joselo Rangel.
Superespecial Semi-Desenchifado Un Plug
Tras la salida de nuestro disco “Forjando Patria”, vino una suerte de reivindicación para Botellita de Jerez con una escena rockera efervescente, que es su vertiente más comercial ya había agotado varias cartas. La campaña de “Rock en tu Idioma” dio de sí y estaba por comenzar la llamada “Avanzada Regia”.
Mientras tanto, la naciente cadena de videoclips MTV Latino, ponía sobre la mesa su oferta de conciertos acústicos denominados “Unplugged”. Café Tacvba por medio de Joselo, me invitó a participar en el suyo que fue grabado en la ciudad de Miami, Fla. De pronto me encontré tocando con varias agrupaciones como invitado, simultáneamente, sin dejar de ser integrante de Botellita.
El sonido de los botellos era más poderoso y estábamos tocando mejor que nunca. Nos preguntamos entonces, cuál debía ser el siguiente paso. Decidimos hacer nuestro propio acústico, más allá de apoyos mediáticos, siempre ausentes para nosotros. A partir de tocar instrumentos vernáculos como la vihuela o el guitarrón, haríamos nuestra propuesta dentro de ese concepto. Para esto invitamos al multiinstrumentista Ernesto Anaya y al violinista Cox Gaitán. Este sería el primer registro de la dinámica que el grupo habitualmente establecía con el público en nuestras presentaciones en vivo.
Sin embargo el proceso de planeación no fue terso, ya que Santiago decidió salir del grupo en una etapa de cambios personales. Fue cuando entró Fernando Andrade “El Androide” como nuevo guitarrista, a quien yo había conocido tocando con Fratta. Así fue como en 1996 grabamos el disco “Superespecial Semi-Desenchufado Un Plug”, en dos presentaciones que hicimos el 14 y 15 de febrero en La Planta de Luz, al sur de la CDMX.
Para hacer la portada de este disco acudimos a Rubén Albarán, Cosme por esos días, que a su vez se apoyó en el diseñador Román Martínez. La idea era que semejara una revista o comic, con todo y horóscopo. Los primeros 1000 CDs contaron con una historieta, edición limitada, con una historia descacbellada.
En este trabajo, gracias a los arreglos acústicos, se escuchó de manera unificada las canciones de las diferentes etapas de la banda. Actualmente, es un disco muy apreciado por nuestro público.
El Último Guacarock
La salida de Santiago Ojeda de Botellita de Jerez resquebrajó el equilibrio al interior del grupo. La interacción de sus integrantes siempre había sido en un “estira y afloja” de ideas y egos, que nos mantuvo en constante tensión. El grupo llegó a un nivel de desgaste donde cada vez era más difícil avanzar. Tras grabar el disco “Superespecial” se acabó el contrato con Discos Culebra. Aparecieron fuertes diferencias en la manera de manejar la banda, así que solo fue cuestión de tiempo para que apareciera una fuerte crisis interna.
Legó un momento en que tuve que reconocer que estaba muy insatisfecho en Botellita de Jerez. Así que al acabar un concierto que dimos en la librería El Péndulo de la Condesa al final de 1996, le externé a Armando mi decisión de dejar el grupo. Él me respondió que eso tendría como consecuencia la separación de la banda. “No necesariamente”, le respondí. Le dije que estaba dispuesto, si así lo consideraban, para cumplir con los futuros compromisos mientras buscaban algún sustituto. Insistió en que la alternativa era la separación. Le propuse entonces un gran concierto de despedida.
En los meses posteriores nos abocamos a planearlo. En una junta en la cafetería El Parnaso al comienzo de 1997, propuse el nombre “El Último Guacarock”, inspirado en “El Último Tango en París” de Bertolucci. También surgió la idea de invitar a ex integrantes de Botellita. Cuál fue nuestra sorpresa cuando Sergio aceptó, cosa que nos alegró. Nuestra vieja compañía, PolyGram, mostró interés por grabar el concierto, mismo que quedó plasmado en un disco que produjo Paco. Las fotografías corrieron a cargo de Ricardo Kirchner y el diseño fue de Bef.
“El Último Guacarock” se hizo el 17 de junio de ese año, ante un Teatro Metropolitan repleto, dejando 2000 personas afuera deseando entrar. El maestro de ceremonias fue Alfredo Martel y Rubén Albarrán subió de último momento al palomazo para cantar “Alármala de Tos”. Creímos entonces que la historia del grupo llegaba a su fin.
Detrás del trabajo de Botellita estuvo la colaboración de muchas personas: músicos de apoyo, suplentes temporales, técnicos de escenario, transportistas, ingenieros de sala y estudio, productores, representantes y fotógrafos por mencionar solo a algunos.
Tras su despedida, Botellita de Jerez parecía haber terminado su ciclo. Aunque todavía hubo un par de conciertos bastante “sui generis” tras “El Último Guacarock”. Unos días después hubo una invitación por parte de los tacvbos para compartir su escenario en La Habana, Cuba. Invitación que en lo personal tuve que rechazar lamentablemente, ya que tenía unos compromisos previos inamovibles, pero acudieron a ésta Paco, Armando y Fernando. Por otra parte, hubo un concierto en Rockotitlán con la intención de que pudieran vernos algunos de los muchos fanáticos que no pudieron entrar al Teatro Metropolitan. Las entradas fueron regaladas en trivias por la estación de radio Órbita 105.7. Esa noche bizarra palomearon con nosotros Alex Lora, integrantes de Santa Sabina y Fratta.
Fue hasta un par de años después, que se dieron las condiciones para el re encuentro de los miembros fundadores de la botella, cuando al ser editado el “Estuche de Peluche” (los tres primeros discos en formato CD), se hizo “La Gira del Arrejunte”, que dio la pauta para que volvieran a los escenarios y siguieran juntos por trece años más. En este lapso grabaron temas sueltos para soundtracks y discos tributo. De esta etapa es poco lo que puedo decir ya que no me tocó.
#NoPinchesMames
Cuando se hizo el soundtrack de la película “El Santos Vs. La Tetona Mendoza” en 2012, Lynn Fainchtein buscó al cuarteto de Barrios, Vega-Gil, Ojeda y González, para regrabar nuestro tema del mismo nombre contenido en el disco “Forjando Patria”. Con este motivo nos reunimos quince años después de nuestro último concierto como cuarteto.
Todo indicaba que sería un encuentro temporal, de no ser porque Sergio volvió a distanciarse de Paco y Armando al final de ese año. Santiago y yo recibimos en diciembre, la invitación de nuestros viejos compañeros para retomar Botellita de Jerez nuevamente. Nos encantó la idea de rescatar los temas que hicimos en los 90 y que en su formación de trío no tocaron, pero pusimos una condición: grabar un nuevo disco.
Así que comenzamos a componer, sacando un par de EPs en linea durante 2013 y 2014, antes de editar el disco de larga duración “#NoPinchesMames” que salió en 2015, una suerte de continuación del sonido que habíamos logrado veintiún años atrás en el “Forjando Patria”.
La racha creativa dio para editar un EP más en linea, al que llamamos “Abuelita… ¿De quién?” en 2017, donde retomamos aquel tema del pasado pero con un nuevo arreglo, como una manera de exorcizar los viejos demonios.
Nada nos anticiparía los dramáticos acontecimientos del 1 de abril del 2019. El suicidio de Armando Vega-Gil, no solo nos destrozó anímicamente, también cerro drásticamente el ciclo botellezco.
Liberen a Rosina González
Tuve la oportunidad de conocer a Rosina González hace algunas semanas, cuando fui con la HH Botellita de Jerez a Cozumel. Dimos un concierto en el muelle en el que estaba atracado el barco de Greenpeace, Rainbow Warrior. Todo esto, en el marco de una campaña en torno a la promoción de una agricultura sana y autosustentable. Hemos coincidido con ellos en la necesidad de reclamar que no se permita el cultivo de semillas transgénicas en México, particularmente del maíz.
Al final del evento fuimos a cenar con algunos miembros de esa organización. Pudimos convivir con Rosina, que nos simpatizó bastante al contarnos sus peripecias como escaladora, además de ser la única en entrarle a un «tu por tu» gastronómico con Armando Vega-Gil (que ella ganó, por cierto).
Al día siguiente, partimos de regreso al DF agradecidos por todas las atenciones que nos brindaron nuestros amigos activistas. Ellos zarparían un día después hacia el puerto de Veracruz.
Al poco tiempo, pudimos ver en diferentes medios, la fotografía de una manta desplegada por Greenpeace en el edificio de Pemex del puerto jarocho. En un lugar estratégico y visible desde muchos puntos, se podía ver la satírica imagen de Enrique Peña Nieto, con manchas de petróleo, en una supuesta portada de la revista TIME con el título «Saving México?». Al fondo de la escena, el barco Rainbow Warrior. Fue una manifestación en clara alusión al descontento por la forma como se está llevando a cabo la reforma energética por parte del gobierno mexicano. A raíz de esta acción fue detenida Rosina, no por haber descendido del edificio para desplegar la gigantesca manta junto a 5 compañeros, sino por haber roto una luminaria del edificio. Ahora, por absurdo que parezca, puede enfrentar cargos por 10 años de prisión.
Aquí mas información:
www.greenpeacenocalla.org
Al gobierno le ha molestado mucho este evento y decidió dar un castigo ejemplar encerrando a Rosina González.
A mi manera de ver, se está persiguiendo la libre manifestación de un pensamiento distinto al oficial. Y eso se llama censura.
Para algunos, los métodos de Greenpeace podrían ser cuestionables. Para otros, son acciones justas que parten de iniciativas no gubernamentales de organismos y personas que entienden que se nos está acabando el tiempo, no solo en México, sino en el planeta entero.
Coincido con el descontento por la manera en que se ha legislado la nueva reforma energética. La HH Botellita de Jerez y yo como parte de esta banda, hemos sido incluso participes en la campaña promovida por el actor Daniel Jiménez Cacho para juntar firmas a favor de una consulta ciudadana, ante lo que para un buen sector de la sociedad mexicana, es una privatización de Pemex.
Los motivos de Greenpeace, tienen que ver mas con la falta de estrategias para abordar energías alternativas y autosustentables, mismas que no están contempladas dicha reforma. También es al final, una voz disidente que encuentra eco entre muchos mexicanos que quieren ser escuchados en su descontento.
Rosina González es un chivo expiatorio con la cual quieren dar un escarmiento al libre pensamiento. Es una persona no muy distinta a nosotros, que tenemos una opinión y que no se nos escucha. Ella formó parte de una manifestación no violenta con la que nos identificamos grandes sectores del país. Quién pretenda callarla, pretende callarnos también.
#SalvemosMexico
#PemexNoNosCalla
Video de la HH Botellita de Jerez – Sin Maíz no Hay País
http://www.youtube.com/watch?v=5MEsNriEOlo
Los ojos tras los flecos
Vi al animalito temeroso a un costado del auto mientras salía de los edificios en los que vivo. Por el retrovisor alcancé a verlo entrar al interior del estacionamiento ganándole al cierre de la puerta. Ya lo sacará nuestro conserje, pensé.
Al paso de los minutos olvidé el suceso y el día se lleno de sus habituales actividades. Al día siguiente cuando volvía caminando a mi casa, lo encontré resguardándose de la lluvia pertinaz frente a la puerta techada. Lucía sucio y con frío. Quise acariciarlo pero huyó mientras me acercaba. Pobre, me dije, debe estar perdido. Volví a olvidarlo y se fue otro día.
Llegó el viernes y quede de ver a Grace para comer juntos. Mientras salíamos, fue ella quien lo vio entre la banqueta y un auto estacionado.
–Está perdido. Ya lleva varios días rondando por aquí– Le comenté.
Al volver, Grace regresó con un itacate de lo que no comimos con la intención de alimentarlo.
Apenas lo vio le dijo –Hola Flecos–
El perro era una maraña de pelos sucios, rastas y tras sus largos flecos se distinguían un par de ojitos. Seguía rehuyéndome. Fue Grace quien logro la confianza y el acercamiento. Le comenzó a dar de comer, sin aparente apetito de su parte.
Yo subí a mi apartamento para hablarle a mi amiga Rosy Sanchez, quien tiene una asociación protectora de animales para que me aconsejara que hacer. Me explicó las alternativas comunes para los animales extraviados. Una, la menos deseable, era llevarlo a la perrera en donde, si no es adoptado después de un tiempo, es sacrificado. Otra alternativa es llevarlo a alguna asociación protectora como la que ella maneja. El problema de esta alternativa es que están siempre saturadas de animales en espera de ser adoptados, ella misma no podía ayudarme. Una alternativa posible era encontrar a la brevedad un hogar temporal, ofreciéndose a apoyar por medio de su asociación con atención médica y alimentos a quien se hiciera cargo. Me pidió que le tomara una foto para que la comenzáramos a difundir por la red y ver si aparecía algún interesado.
Cuando bajé a tomarle la foto encontré a Grace acariciándolo, o mas bien debería decir, acariciándola. Efectivamente Grace ya la había revisado viendo que era chica, que tenía los dientes limpios, que no estaba operada y recibía plácidamente sus caricias, mismas que seguramente no había recibido por un largo rato. Flecos, en realidad era La Flecos. Subí a mandarle la foto a Rosy y aproveché para mostrarla en mi Twitter y Facebook. Tal vez aparecería alguien que se la quisiera quedar o incluso quien la perdió.
Volví con Grace. La perrita ya en sus brazos se dejaba acariciar mientras temblaba.
–¿Y ahora que sigue?– Le dije.
Yo estaba claro en que no tendría tiempo para cuidarla. Ya en el pasado me llevé mi perra de casa de mis padres a mi primer departamento y al poco tiempo tuve que regalarla con mucho dolor. No me gustaría tenerla para después darme cuenta que no puedo con la responsabilidad. Grace tampoco puede quedársela, tiene sus propias complicaciones. ¿Que hacer mientras aparece alguien que esté dispuesta a hacerse cargo? Puede haber una respuesta rápida o tardar mucho. Juntos decidimos que sería una buena idea llevarla a un veterinario para que la revisara y que pudiera pasar algunas noches ahí. La idea de que siguiera en la calle expuesta al clima, a ser atropellada o a perderle el rastro no nos agradaba, así que la llevamos a Medican, lugar que conoce bien Grace y que está relativamente cerca de casa.
Ahí la revisaron, bañaron y le cortaron el pelo para deshacerse de las pulgas que la infestaban. Le calcularon un año de edad aproximadamente. Pasó la noche ahí para estar en observación. Cabe decir que en este lugar se solidarizaron bajando sus tarifas por el hecho de ser una perra recogida.
Al volver en la noche me sorprendió la reacción solidaria en las redes, tan solo en Twitter un buen número de organizaciones y asociaciones tanto de protección de animales, como para encontrar o reportar animales perdidos retuitearon mi foto. Rosy me comentó de un posible hogar temporal que se definiría hasta el medio día del día siguiente. Sin embargo, aunque había mucha solidaridad, no aparecía con claridad el interesado en quedársela.
El sábado fui a comer con mi familia y comenté el caso de La Flecos. Fue cuando mi hermana aceptó recibirla temporalmente, con la intención de adoptarla si todo iba bien. Cabe decir que ella se encuentra a la mitad de una mudanza y que tiene otro perro. Ante la falta de otra propuesta y sintiendo que la perrita estaría en buenas manos, quedé con ella para llevársela en la tarde del domingo.
Grace y yo decidimos que no pasaría una noche mas en el veterinario así que me la lleve a casa ese sábado. Ya sin flecos, pudimos constatar su mirada tierna y lo tranquila que es. Por fin comenzaba a mover la cola, aunque también notamos que cojeaba un poco y tenía unos temblores ocasionales. Se los atribuimos al miedo en el que había vivido. Se veía que le agradaba recostarse a un lado de uno. No fue difícil comenzar a encariñarnos con ella. Notamos que no subía ni bajaba escaleras y hacía sus necesidades en la calle. Sin duda era una perra de compañía y estaba educada.
El domingo por la mañana recorrí las calles cercanas buscando letreros en los postes de perros perdidos y me impresionó mucho ver la gran cantidad que hay, pero ninguno se refería a La Flecos.
Llegó el momento de llevarla con mi hermana. La mas feliz era mi sobrina que pronto la bautizó como Chata. Roco, el perro salchicha anfitrión se dedico a atosigarla por ser un perro, digamos, intenso. Lo curioso fue que Chata le puso límite y se impuso dominante. Mi cuñado, con mucha sabiduría supo manejar el encuentro de ambos caninos. Grace y yo nos despedimos de ella con un nudo en la garganta pero tranquilos de que lo que habíamos hecho había sido lo correcto.
Esa semana salimos de viaje y mi hermana nos mandó un par de fotos en la cual se veía a Chata totalmente integrada a su familia. Pero al siguiente sábado, mientras volvíamos a la ciudad, recibí su llamada en la que me explicaba que había tenido que llevarla a Medican de nuevo, ya que había dejado de comer y le habían vuelto las temblorinas. Suponían alguna obstrucción intestinal o que los antibióticos que tomaba desde la primera visita, tal vez le habían lastimado el estómago. Mientras la revisaban le tomaron unas radiografías y ahí fue cuando apareció el verdadero problema. Tenía su cadera fracturada en varias partes. Nadie antes relacionó su esporádica cojera con esto.
Yo me sentía responsable por haberla recogido y nunca fue mi intención enjaretarle un problema a mi hermana. Así que ambos fuimos a escuchar la explicación del Dr. Julio Escalante de Icaza y decidir que proseguía. El veterinario nos explicó que ese tipo de fractura le provocaba mucho dolor, sobre todo si hacía frío y cuando hacía sus necesidades. Que tenía por lo menos seis meses de haberse producido y que por su estado al recogerla, coincidía con el tiempo que se estimaba estuvo en la calle. Por eso temblaba, sin embargo nunca hubo lamentos, lo que refuerza la impresión de que realmente es una perra muy tranquila. Le pregunté que como se había hecho estas fracturas y me dijo que, según su experiencia, era muy probable que le hubieran dado una fuerte patada. La historia real nunca la sabremos. Nos dio un presupuesto de cuanto podía costar operarla, la única solución a su mal y decidimos costearla entre mi hermana, Grace y yo.
Ayer la recogí. Estará unos días en mi casa pues para mi hermana es un momento realmente complicado. La idea es probarme que tan complicado es para mi cuidarla y en un par de semanas replantearnos si vuelve con ella o me la quedo. Por supuesto que Grace está dispuesta a darme ayuda en los momentos que pueda ya que ella está muy involucrada también.
La vida quizás me está enviando una señal. Tal vez deba tenerla. La verdad es que es adorable. Ya veremos. Lo que sea ideal para la perrita, eso será.
Me gustaría con este relato lograr hacer conciencia en los lectores de lo importante que es ser responsable con los animales. Que existen muchos que están a la espera de ser rescatados o adoptados. Reflexionen sobre gastar grandes cantidades en adquirir un animal de raza. En los perros abandonados encontrarán mucho agradecimiento y cariño. Es importante esterilizarlos ya que están expuestos y si se reproducen solo traerán animalitos infelices al mundo.
Pude haberme desentendido e ignorar a Chata cuando apareció frente a mi casa. Quien sabe cual hubiera sido su destino. Probablemente la muerte. Lo cierto es que yo no me podía quedar sin hacer nada y ahora, lo digo con franqueza, no me arrepiento de haber actuado como lo hice.
7 de diciembre del 2012: Han pasado ya casi tres meses y La Chata se quedó a vivir conmigo. Somos felices. Les comparto una foto actualizada.
Se presentó Mi Vida Pop en el CCE
En punto de las 7:30 pm del 15 de febrero del 2012, se dio comienzo a la presentación del libro Mi Vida Pop, escrito por un servidor y lanzado por la editorial Rhythm & Books en el Centro Cultural España de la Ciudad de México, justo atrás de la Catedral Metropolitana. En mi papel de autor de dicho libro, fui acompañado por el periodista David Cortés y mi editora, la cabeza de éste sello especializado en ofrecer trabajos de músicos que escriben, Elena Santibáñez.
En una plática-entrevista entre David y yo, comentamos distintos aspectos de fondo y forma, de un libro que escribí mientras luchaba contra el cáncer linfático que me aquejaba. En momentos de revisión de vida y con una gran necesidad de dejarle a mis hijas un testimonio de la singularidad que implica para cada uno de nosotros, la propia existencia, comencé a unir en forma mas o menos cronológica, una serie de crónicas de carácter autobiográfico, inmersas en lo que desde hace mas de 50 años se denomina cultura pop.
Desde pequeño fui consiente de un mundo cambiante y relativo. La memoria se convirtió en el medio por el cual yo podría conservar mis afectos. Por otro lado, en el transcurrir de una infancia y adolescencia viajera, la música y en particular el rock, siempre presente gracias a la melomanía de mi padre, se convirtió en el común denominador en los lugares donde me tocó estar. No fue difícil apropiarme de la voz de los jóvenes del planeta. Yo sabía que en algún momento, tendría que contar todas estos recuerdos y una terrible enfermedad, de la cual ahora soy un sobreviviente, me indicó el momento.
Mi amiga Elena Santibáñez, al enterarse de que lo estaba escribiendo, me motivó para convertirlo en un libro. Fue así como, entre quimioterapias, transplantes de médula y una neumonía casi fulminante, buscaba refugio y placer recordando.
Le entregué un mosaico de textos que ella, en una comprensión editorial admirable, transformó en un bello libro. Apoyándose en un concepto gráfico y una ingeniosa distribución de textos, hace de su lectura algo fácil y atractivo.
Ese deseo que nació en momentos difíciles, es ahora una realidad.
Y como fue una presentación de libro cuyo autor es un músico, no podíamos terminar el evento de otra manera mas que con música. Así que procedí a presentarme con mi banda, Los Cuates de la Chamba, conformada por Eduardo Dyer en los teclados y la armónica, Santiago Ortiz en la batería, Fratta en el bajo y voz, Adrián López en la guitarra y yo en la voz principal, los teclados y la percusión. Tocamos El Final, Embrujos, Postizos, Puma Viejo, Diosa de la Noche, Rompecabezas, Un Mundo Frágil, El fin de la Historia y Burbujas de Jabón.
Al terminar este pequeño concierto, firme libros y conviví con los asistentes, en una noche que, para no perder la costumbre… recordaré por siempre.
Fotos de Carolina López Llano.
Mi Vida Pop
de venta en:
Librerías Gandhi
El Péndulo
Librerías Gonvill
y en linea en FonarteStore
http://www.fonartestore.com/global/show.php?ac=anonimo&ref=0&art=528
La pulsera humana mas grande del mundo.
Cuando enfermé de cáncer, nunca dudé en hablar al respecto abiertamente. Me pareció normal admitir mi situación y ser realista. La situación se me presentaba como una batalla la cual estuve dispuesto a librar, aun en contra del pesimismo de algunas personas. Para la mayoría, cáncer es sinónimo de una sentencia de muerte. Esta creencia está sustentada en el desconocimiento de los nuevos tratamientos, cosa que provoca mucho miedo. Por otra parte, la negligencia y una tardía atención pueden ser fatales. Para mi, la actitud tenía que ser otra: enfrentar el problema actuando con rapidez y decisión.
En el camino me encontré a otros que enfermaron como yo, pero que temieron ser abiertos al respecto, por temer perder el trabajo o sufrir el rechazo social. Hay que decirlo, hay un estigma al rededor de un enfermo. Mas allá del obvio deterioro de la salud y el bolsillo, tener cáncer puede resultar contraproducente para algunos.
Pero yo me abrí y en mi caso recibí el apoyo emocional de muchas personas, cosa que me ayudó mucho. Entendí que la parte que me tocaba hacer en todo este proceso, era la de enfocarme mental y anímicamente hacia la recuperación. Siempre supe que aun no era el momento de ceder ante la muerte y eso me ayudó a no titubear sosteniendo una actitud positiva ante todas las incomodidades. Uno aprende a aceptar que en estos casos, dependes de la ayuda de los demás. La autosuficiencia se aparta temporalmente de tu vida y la dignidad se hace de chicle.
Fueron dos años muy difíciles. Fue triste ver quien, a la par de mi, no libro su propia batalla. Al final, sobreviví.
Así que comencé a reintegrarme a mis viejas actividades con la conciencia de la fortuna que implica estar vivo.
En cierta ocasión en la que, como el músico que soy, fui a la televisión, me preguntaron sobre lo que había vivido. Yo lo conté con la apertura de siempre, sin ser consiente que al ser escuchado por muchas personas, provocaría identificación y esperanza en otros enfermos, expresada en los posteriores correos electrónicos y mensajes en las redes sociales en las que estoy.
Eso me hizo entender en la importancia y dimensión de poder compartir mi historia. Así que cuando escuché en radio la campaña de la Fundación Livestrong «Comparte tu historia, Nuestra Fuerza Contra el Cáncer» no dudé en acercarme para colaborar. Dio la casualidad de que yo conozco a la persona que hace la voz institucional de dicha campaña, Miguel Solís, y le hablé buscando información. Es así como él me contactó con las personas que están tras esta iniciativa. Me invitaron a hacer un testimonial en video el cual se difundirá por diversos medios.
Como parte de sus actividades, el pasado sábado 4 de febrero en el zócalo de la ciudad de México, se hizo el evento en el cual se formó, inspirada en el símbolo de la Fundación Livestrong, la pulsera humana mas grande del mundo, para mostrar que se puede vencer el estigma que hay en torno al cáncer con toda su connotación negativa.
En medio de un ambiente familiar, fraternal y festivo, mas de cinco mil personas rompimos este récord. También hubo puestos gratuitos de detección temprana para diferentes tipos de cáncer y en general se difundió la idea de que ante esta enfermedad, lo mejor es tener una actitud abierta y una disposición para vencer miedos. No se vendió nada, ni se recolectaron fondos, nada por el estilo. Se trató de difundir una conciencia nueva con respecto al cáncer.
Es interesante ver como también, a partir de este tipo de eventos, se enlazan personas con necesidades específicas con organizaciones que resuelven dichas necesidades. Esto es sin duda, una de las funciones importantes de una campaña como la que se está llevando a cabo.
Por lo pronto, yo quería convertir mi experiencia como enfermo en algo positivo y creo haber encontrado la forma. No solo apreciando y agradeciendo cada día de vida, sino compartiendo mi historia.
Memorias de los Andes
Les comparto un par de relatos sobre algunos viajes de mi niñez y adolecencia. Yo vivía en Perú durante la mitad de la década de los años setenta.
Me pareció reconocer una escena de la película Azul Profundo. Yo estuve ahí en los setenta, con algunos compañeros del Colegio Santa Margarita. Apareció ante mis ojos, toda la nieve que minutos antes habíamos visto en la lejanía. Después de recorrer un larguísimo túnel, salimos envueltos por este paisaje nevado que incluía unos lagos. Estábamos a 4800 metros de altura sobre el nivel del mar. Ticlio es el punto mas alto en el mundo por el que pasa un tren. Por esos días, el viejo ferrocarril central era la mejor manera de llegar a Huancayo en el Valle del Mantaro, una región del altiplano andino. Los vagones eran de madera y crujían con el movimiento. Posiblemente eran de principios del siglo XX. Sé que actualmente, el transporte ferroviario de pasajeros ya no se acostumbra tanto en ese trayecto y su función se centra, mas que nada, en llevar los minerales extraídos de La Oroya a Lima.
El asenso es tan empinado que el tren tenía que parar y cambiar de vía, subir en reversa para nuevamente parar, cambiar de vía y subir el siguiente tramo hacia adelante. Así repetidas veces. Atravesamos al rededor de cincuenta puentes sobre profundos barrancos, así como sesenta túneles cortados en las rocosas montañas. Para mis costeros compañeros limeños, la subida andina era difícil de soportar por súbita. Mientras, yo presumía tener un corazón grande por haber nacido en la ciudad de México, comía galletitas frente a varios de ellos mientras vomitaban como consecuencia del «soroche». Un empleado del tren asistía a los indispuestos con un arcaico aparato, el cual incluía un fuelle y que servía para proporcionarles oxígeno. Éramos un grupo de excursionistas que nos adentrábamos en el paisaje andino. Después de Ticlio, bajábamos hacia el altiplano pasando La Oroya y Jauja, donde compre unos panes deliciosos a unas «cholitas» —indígenas peruanas— desde la ventana del tren. Al aparecer el río Mantaro, el terreno se extiende plano de norte a sur, donde a 50 km. nos esperaba Huancayo en medio de una torrencial lluvia. Para mis amigos limeños esto era un espectáculo poco común, ya que no estaban acostumbrados a ver llover y menos cuando era una tormenta. Recuerdo como un tipo que siempre me tuvo mala fe, me respetó desde entonces al ver que no me intimidaban los relámpagos y truenos, mientras él simplemente no pudo controlar su miedo.
En 1975 y en otra parte de la cordillera mas extensa del continente, visité con mi familia un lugar en el que solo se podían ver las copas de unas palmeras enterradas en medio de un delta de tierra gris que bajaba desde el Huascarán, la montaña mas alta del Perú y el segundo pico de los Andes después del Aconcagua. Estábamos sobre lo que alguna vez había sido Yungay, población que había sido cubierta por un alud en 1970, durante los días del mundial de futbol en México. La tragedia se dio después de un fuerte terremoto. Mientras los habitantes de Yungay hacían el recuento de los daños provocados por el movimiento telúrico, un gran segmento de nieve y rocas del Huascarán se desprendía sobre la laguna de Llanganuco, provocando una gran masa de lodo y rocas, que bajó a 200 km. por hora, completando el desastre siete minutos después. Estábamos rodeados de pequeñas cruces clavadas en el terreno que indicaban los lugares de las casas donde se encontraban sepultadas familias enteras. Murieron 50,000 personas. Desde ahí se podía ver el inmenso gajo que se había desprendido de la montaña.
Entre la sierra negra y la blanca, corre el callejón de Huaylas, el eje de nuestro recorrido, al cual llegamos después de subir los Andes en el auto de mi papá, manejando por una brecha angosta entre barrancos y atravesar puentes muy peligrosos. Adentrarse en el Perú de los setentas, era hacer un viaje en el tiempo. Como si este se hubiese detenido en algún momento de la colonia. Nos instalamos en Huaraz, capital del departamento de Ancash y desde ahí nos desplazamos hacia el norte, donde se había dado el desastre de Yungay.
Algunos kilómetros después se encuentra Caraz. En su plaza se alzan unas altas palmeras que fueron regaladas simultáneamente a las dos poblaciones por el gobierno cubano. Fue hasta ese momento en que pude imaginar la dimensión del alud sobre lo que ahora es un campo santo.
Botellita de Jerez en la carcel
Encontré este texto, el cual ahora les comparto y que narra la ocasión en que siendo yo parte de Botellita de Jerez, fuimos a tocar a la prisión de alta seguridad de Almoloya de Juarez, misma que tenía poco tiempo de haber sido abierta. Espero lo disfruten.
Era 24 de noviembre de 1993. Para entonces, no imaginábamos las sacudidas que el país viviría algunos días después, a partir del alzamiento zapatista y los asesinatos políticos.
Ese día los Botellos vivimos una experiencia poco común. Fue la primera ocasión en que tocamos en el auditorio Julio Castillo, de la prisión de alta seguridad de Almoloya de Juárez, en dos conciertos para grupos de cincuenta presos cada uno, en los que también asistieron algunos custodios y personal de la prisión.
Juan Pablo de Tavira, criminólogo que algunos años después fuera trágicamente baleado en el comedor de la Universidad Autónoma de Hidalgo en Pachuca, no sin antes haber sobrevivido a un intento de envenenamiento con gas butano en su propia casa, fue quien diseñó meticulosamente esta prisión. En esos días, él fungía como director de tan peculiar cárcel. Era el segundo aniversario de la fundación de este centro penitenciario y tocamos como parte del programa de rehabilitación de presos, los cuales eran involucrados en actividades artísticas, «…para hacerles la vida un poco mas llevadera y darle un peso menos duro y represivo al sistema penitenciario…» según nos decía un trabajador social que ahí laboraba.
Así fue, como ante lo mas selecto de la delincuencia de este país, nos presentamos frente a, quizás, el más enigmático de los públicos que hayamos tenido nunca. Durante cinco horas aproximadamente, vivimos como invitados especiales, en la claustrofobia de una prisión comparable a mis recuerdos mas obscuros de películas como El Silencio de los Inocentes —cuando la agente Clarice Sterling visita por primera vez a Hannibal— o Termitator II —cuando rescatan a Sarah Connor, madre del futuro líder de los humanos, de la prisión psiquiátrica con todo y guardias encabinados, que controlan todo movimiento en monitores de televisión—.
Nos recogieron temprano en un transporte destinado al personal de la prisión y nos dirigimos primero hacia Toluca, la cual atravesaríamos para tomar posteriormente la carretera hacia Atlacomulco. Algunos minutos después, nos desviamos del camino para finalmente llegar al centro de readapatación social, no sin antes pasar un par de retenes en los cuales, guardias fuertemente armados, inspeccionaron el vehículo y nos vieron con sospecha.
Llegamos a una recepción y después de pasar una estricta revisión y cumpliendo todos los requisitos que nos pidieron previamente, como el de no ir vestido de caqui o azul, ni usar pulseras o cinturones, nos llevaron por una serie de trayectos internos en donde están controlados los accesos y las salidas de cada pasillo. Terminas por perder el sentido de orientación, ya que la cárcel está planeada para no tener ángulos rectos en sus recorridos, lo que hace que uno no sepa si esta dirigido al norte, o al sur, o a donde sea. El tiempo se hace más lento y las rejas se convierten en una constante visual familiar. Si lograbas ver espacios abiertos, estos estaban subdivididos por rejas electrificadas y nos informaron que pisábamos varios metros de concreto al ras del suelo, para de esta forma evitar túneles.
Después de un recorrido laberíntico, nos instalamos en el foro y realizamos una pequeña prueba de sonido. Esperamos con nerviosismo al primer grupo de reos.
En esta prisión hay varias prisiones en una, es decir, está dividida en varios módulos donde se agrupan los delincuentes según su perfil y los cuales no tienen interacción con los otros módulos. Nosotros tocaríamos solo para dos de estos grupos.
Al llegar los primeros presos a las butacas, los notamos un poco idos. Nos explicaron que los dopaban para controlar su agresividad. Los sentaron con un lugar vacío entre cada uno de ellos y hablaban burlonamente entre sí. Era difícil no pensar que nosotros éramos la causa de esas risas.
En el primero de los dos conciertos fue difícil romper el hielo, pero gracias a la capacidad alburera de mis compañeros Armando Vega-Gil y Paco Barrios El Mastuerzo, se logró la interacción deseada, aunque cauta por nuestra parte. Santiago Ojeda y yo, optamos por dedicarnos solamente a tocar, como era nuestra costumbre. Confieso que me hubiese resultado imposible lograr un diálogo en estas circunstancias, por lo que las habilidades de mis amigos me ayudaron a sentirme tranquilo y manejar la situación.
Mis compañeros fueron rebautizados por los presos, con apodos como Copete de Hueso, ya que Paco estrenaba su corte de pelo al estilo Miguel Hidalgo y Pata´e Gis, apodo que hacía referencia a la pierna enyesada de Armando. Vega-Gil, que por poco muere unos días antes en La Marquesa, víctima de un amor no correspondido, causa por la que se le nubló la vista y provocó su caída de una pared de piedra por la que muy enamorado y descuidado escalaba. La pata rota fue un mal menor si concientizamos que terminó a un metro del suelo y nosotros, a un instante de quedarnos sin bajista.
Con los reos, comenzó el intercambio de sobrenombres y así, nos fuimos enterando que uno se hacía llamar Robocop y otro La Bestia. No recuerdo bien quién de los dos era uno de los famosos narcosatánicos. Se decía que descuartizaban niños en sus ritos.
En esta “llevada” interacción entre presos y botellos, un reo que se decía compositor, nos quiso hacer llegar una de sus letras que inmediatamente fue interceptada por un custodio. El contacto físico con nosotros era totalmente prohibido y evitado. La confianza es un bien bastante escaso en ese lugar.
También apareció un típico rockero de la vieja guardia que pedía a gritos Polvo en el Viento, Escaleras al Cielo, Hotel California o alguna Jimmy Hendrix, mientras su compañero a un lado, políticamente correcto, lo reprendía diciéndole que era mejor escuchar nuestro mexicanísimo material.
La tensión finalmente fue desapareciendo y pudimos terminar satisfechos la primera de nuestras presentaciones.
Se van a la chingada
Chingados chingadores
Chingón de los chingones
Chingando soy cabrón
¡Ah! que la chingada
Me chingo al que me chinga
Que chinga a chingadazos
¡Soy el gran chingón!
¡Ah! chinga chinga, chinga chinga
¡Ah! chinga chinga
Fragmento de la canción «El laberinto de la soledad capítulo IV»
de Francisco Barrios
del disco «Forjando Patria/1994» de Botellita de Jerez
Apenas tuvimos un poco de tiempo para descansar y estar listos para el segundo concierto con los presos del módulo 8, mejor conocido como el módulo de Los Olvidados. Con ellos, llegamos a lograr momentos divertidos y emotivos. El nombre de este módulo, corresponde a que los presos que lo conforman, hicieron delitos tan terribles que ni amigos (!), ni familiares los visitan jamas. En este módulo, todos purgan tantos años de condena, que prácticamente son cadenas perpetuas.
Con nuestra recién estrenada canción La Valona de la Conquista, los hicimos saludar a la bandera entre las miradas preocupadas de los custodios. Cuando acabamos, no faltaron las felicitaciones navideñas anticipadas para mi y mis compañeros.
Botellita de Jerez entretuvo así a un público poco común, tratando difícilmente de no juzgar a nadie en ese momento. Habíamos logrado interactuar con un público del que vibrábamos los extremos más obscuros de la conducta humana.
Luego, nos llevaron a un comedor vacío en donde nos dieron de cenar alimentos sin sal, ya que de esta forma controlan el lívido de los reclusos. Y después de pasar por las mismas revisiones a la salida del penal que cuando ingresamos, regresamos a la Ciudad de México en una noche muy fría. Sus luces desde el cerro de las cruces me parecieron distintas después de nuestro pequeño encierro. El chofer que nos llevaba, nos contó como apaciguaban a los presos con manguerazos de agua fría, aplicados directamente en sus celdas individuales y videograbadas las 24 horas del día. Nos contó de personajes como Caro Quintero y otras ¨distinguidas¨ personalidades recluidas en módulos que ya no conocimos.
En esta aventura nos acompañaron nuestros técnicos, entre ellos el inseparable Apache quién algunos años después, viviría su propia pesadilla en una cárcel californiana. También iba nuestro representante Roberto Martínez y Antonio Cruz de Blas, periodista que hicimos pasar como parte de nuestros técnicos. Este, escribió por esos días, su versión de esta visita en el periódico Uno más Uno.
Tiempo después, en 95, volvimos a ese pequeño foro. Supimos que no todos habían pasado por ahí con la misma suerte de nosotros cuando fuimos la primera vez. Nos dijeron que Yuri, en un numerito de corte evangelizador, fue rechazada por tan selecta audiencia y la trataron realmente mal. En ese regreso, nos acompañaron Fratta, que en esos días era nuestro ingeniero de audio y, queriendo repetir el esquema del periodista incógnito, llevamos a Oscar Sarquiz. Lo cierto es que, en esa segunda ocasión ya no se repitió la misma intensidad de la primera vez. El aire se respiraba distinto. Eran tiempos Zedillistas y de Lozano Gracia como procurador de la república. Ya estaban encerrados ahí, Mario Aburto y Raúl Salinas. Se notaba cierto relajamiento en la seguridad sin dejar de ser estricta. Después de un tiempo dejo de llamársele Almoloya para convertirse en la prisión de alta seguridad de «La Palma».
Memorias con Fratta
No fue hasta que Fratta sacó su primer disco en 1994, Romántico Desliz, cuando empecé a tocar con él en forma consistente. En ese entonces era nuestro ingeniero de audio con Botellita de Jerez y me invitó cuando comenzó la promoción de dicho disco. Éramos compañeros de disquera también, Culebra.
Lo que siempre me ha gustado de acompañar a Fratta es que cuando te conectas con su música, es muy disfrutable oirla o tocarla. Y creo que buena parte de mi sonido como percusionista lo he logrado tocando en su proyecto.
Yo comencé a grabar propiamente con él a partir del segundo disco Acústico Desliz, del cual se desprendió como sencillo el tema Ponerte a Girar. Actualmente, es un disco muy difícil de conseguir y se ha vuelto un disco de culto.
Después de un tiempo, la relación de Fratta con BMG se deterioró y tras pelearse con el entonces, nuevo director de Culebra, Ivan Morales, lo congelaron de la forma más gandalla, lo que hizo que no se grabara nada por un buen tiempo. Sin embargo, la gente lo ubicaba perfectamente bien por sus videos, en especial el de Angelitos Negros, que marcó una diferencia en los videos nacionales de aquel tiempo.
Con él, he tocado en diferentes partes de la república y el extranjero y he visto como ha creado un público fiel y aferrado. Las fechas en El Hábito se fueron convirtiendo en algo común durante la década de los 90, volviéndose en nuestra casa, nuestro foro natural.
A partir de ahí, los coqueteos de Fratta con la actuación se dieron al ser invitado por Jesusa Rodriguez a varios montajes, primero como técnico y después como actor.
Por el grupo de Fratta han pasado un sin fin de músicos, pero habemos algunos más o menos permanentes como es el caso de Hector Page y un servidor. Por Fratta conocí a Julieta Venegas, quién estaba recién desempacada de Tijuana y juntos la acompañamos en La Milagrosa.
Hoy 29 de 0ctubre nos presentaremos en el Foro del Tejedor de El Péndulo en la colonia Roma. Alvaro Obregón 86, a las 20:00 hrs.
Entradas:
http://pendulo.com/boletos/index.php?cPath=1_21&nombreEvento=Fratta
Chilangueando con la banda
Hace un par de meses me encontré con Joselo Rangel para darle, como ya es mi costumbre con él y sus compañeros de Café Tacvba, mi producción mas reciente: «Las Grabaciones del Sr. González 1998 – 2011». En aquella ocasión nos pusimos al día de lo que ambos habíamos hecho en el largo tiempo que llevábamos sin vernos. Joselo, tras haberme contado la grandiosa experiencia que había sido producir y presentarse junto a Jaime López en la Feria Internacional de la Música, me propuso si yo quería ser parte de ésta, La Chilanga Banda, para tocar en el Teatro de la Ciudad.
Por su puesto que acepté. Sería un agasajo tocar con Jaime, a quien admiro y con mis viejos amigos los tacubos.
Cuando se fue acercando la fecha, comenzaron los ensayos y la convivencia de esta sui generis agrupación. Completan la conformación del grupo, Ramiro del Real, hermano del Meme y maravilloso guitarrista, así como la joven Andrea Balency, gran acordionista que, además de tocar con la agrupación Torre Blanca, tiene su propio proyecto.
Las ocurrencias de Jaime así como el espíritu de tocar por placer que se respiró en esos ensayos, me hicieron sentir tan bien de entrar de nuevo al ruedo, después de un par de años de terror atribuibles a mis, afortunadamente, ya pasados males de salud.
La idea de Joselo en cuanto a como se desarrollaría el espectáculo, fue que saliera primero Jaime y poco a poco, nos integráramos los demás participantes. Así que yo entraría como a la mitad de evento en las canciones mas rítmicas.
Llegó el día esperado. 21 de octubre del 2011. Con los clásicos nervios previos a salir al escenario, bromeamos y nos preparamos para enfrentarnos a un nutrido auditorio que desde que salió Jaime, fue caluroso y receptivo. Tras un par de canciones se integraron Quique Rangel y Andrea para tocar una de las piezas que mas me gustan, Arando al Aire. Y así fue transcurriendo la noche, Joselo, Ramiro, el Children (bataco oficial de Tacvba), Rubén y el Meme entraron gradualmente a tocar temas clásicos en arreglos nuevos. Canciones como Me Siento Bien Pero Me Siento Mal se hicieron en su versión Nordaka, o sea, mas al estilo rodeo.
Llegó el momento de incorporarme, aunque ya me venía divirtiendo observándolos desde una de las piernas del teatro. Tocamos El Mequetrefe, Ella Empacó su Bistec, La Primera Calle de la Soledad, entre otras mas y cerramos con la esperada versión de Chilanga Banda de Café Tacvba y con un teatro de pié bailánola. Salimos del escenario con la gente descosiéndose en aplausos.
Jaime y yo preparamos para primer encore, una versión de Nocaut en donde yo toqué un yembé y el cantó y tocó la armónica. Acompañados por los aplausos del respetable, terminamos por generar un ambiente tribal para después dar el paso a la banda completa e interpretar Tu Maldición.
Bajamos el ritmo para concluir por segunda vez con Desde Mi Motocicleta. Salimos del escenario y Jaime que no se hace del rogar y mas cuando el teatro lo exigía a gritos, salió a un segundo encore a tocar Sácalo. Hacia el final de la pieza entramos para acompañarlo en lo que ahora si fue la despedida de esa noche.
Salí feliz. Por Jaime que bien se merece este trato, por los tacubos que una vez mas muestran su grandeza con su sensillez, por compartir el escenario por primera vez con dos grandes músicos como Ramiro y Andrea y, claro está, por tener la fortuna de haber sido convocado a ser parte de la Chilanga Banda.
Nalgadas
Fragmento de mi libro Mi Vida Pop, próximo a salir editado por Rhythm & Books.
«El famoso videasta y amigo de mi hermano, Gustavo Garzón me pidió que le rentara unas congas para un video que iba a hacerle a Thalía. Ya en confianza me dijo que le ayudara a conseguir quién saliera tocándolas y conecté a mi alumno Cesar Carrera. El video era de una canción del disco Amor a la Mexicana que se llamaba Mujer Latina.
Me citó en un antro del centro ubicado en una edificación de la época porfiriana, de estilo entre neo clásico y art noveu, de columnas metálicas, que en su planta baja tiene un Mix Up. Un lugar muy bonito y que actualmente es el Museo del Estanquillo. En fin, llegué con mis tambores y estaban ahí mi alumno y un modelo negro con pinta rasta, que actuaría, pero que realmente no sabía tocar.
Ya estando ahí, Gustavo me pidió que saliera también, que necesitaba mas gente. Le dije que acababa de hacer el video de Burbujas de Jabón y que no quería que me identificaran en el de Thalía. Tras su promesa de que no me reconocerían, que me protegería, que iba a estar detrás de ella para que me tapara todo el tiempo, me convenció de participar.
Comenzamos a hacer tomas. Entre las luces y el traje bien ajustado de Thalía, la temperatura subía y subía. Yo me concentré en el efecto tribal que logramos con la percusión, sudando, mientras ella se contorcionaba frente a la cámara. Era una situación animal. De pronto, en pleno trance, mi mano chocó contra algo que no era el cuero de la conga. Cuando puse atención, Thalía se había sentado en mi tambor y yo le daba nalgadas. Lo juro.
Cuando salió en la televisión, comencé a recibir llamadas de amigos diciéndome que ya me habían visto en el video de Thalía… Ups!!
Ahora si que, gracias Gustavo».
Jergas iberoamericanas
Y se supone que todos hablamos el mismo idioma. Basta con ver solo algunos ejemplos que nos dan los regionalismos del español en lo que conocemos como jerga, slang, modismos, etc. para darnos cuenta que no es así. La lista podría ser interminable. He aquí solo algunas frases y palabras que recuerdo de mi paso por algunos países de habla hispana.
Perú: Llámale al gasfitero que se malogró la terma. México: Llámale al plomero que se chingó el calentador.
México: Triple dobleú. España: Triple uvedoble. Venezuela: Triple doblevé.
Perú: Chinganeaban juntos. México: Pachangueban juntos. Argentina: Jodían juntos. Colombia: Rumbeaban juntos.
Venezuela: Tiraron los pasapalos y se armó un despelote. México: Tiraron la botana y se armó el relajo. Colombia: Tiraron los pasabocas y se armo el mierdero.
Venezuela: Detén el auto en el policía acostado. México: Detén el coche en el tope. Colombia: Detén el carro en el policia muerto.
Venezuela: ¡Mira vale! Ahí está el chamo. México: ¡Oye carnal! Ahí está el chavo.
Perú: Cumple treintisiete en setiembre. México: Cumple treinta y siete en septiembre
Latinoamérica: Ve por él. España: Ve a por él.
Argentina: A nadar en la pileta. Venezuela: A nadar en la piscina. México: A nadar en la alberca.
Venezuela: Caraotas sofritas. México: Frijoles refritos. Paraguay: Porotos refritos.
Perú: Ponle palta a la ensalada. México: Ponle aguacate a la ensalada.
Venezuela: Una patilla o lechosa por la mañana. México: Una sandía o papaya por la mañana.
Perú: Le dieron una patada en el poto. México: Le dieron una patada en el culo. Argentina: Le dieron una patada en el orto.
Venezuela: Que bien esta la jeva. México: Que guapa está la morra.
Venezuela: Se robaron las valijas. México: Se robaron las petacas. Argentina: Se chorearon las valijas.
Venezuela: Agarra tus corotos y vete pal carrizo. México: Agarra tus trastes y vete lejos.
Venezuela: Deja esa guarandinga. México: Deja ese chunche.
Perú: Es un pituco. México: Es un pirrurris. España: Es un pijo. Guatemala: Es un caquero.
Venezuela: Es un zanahoria. México: Es un fresa.
España: Guay. México: Padre. Venezuela: Chevere.
España: Preparé unos huevos con beicon y luego me puse el jersey. México: Preparé unos blanquillos con tocino y luego me puse el sweter.
Venezuela: La torta de chocolate. México: El pastel de chocolate.
Venezuela: Los rulos de la catira. México: Los chinos de la güera.
Perú: ¿Quieres un sangúche o una butifarra? México: ¿Quieres un sandwich o una torta?
Venezuela: ¿Nos echamos un palo? México: ¿Nos echamos un trago?
Perú: Estar arrecho. Venezuela: Estar quesudo. México: Estar jarioso
Venezuela y Colombia: Estaba mamando gallo. México: Estaba cotorreando.
Perú: Cachar. México: Coger. Venezuela: Tirar.
Venezuela: Me das la cola. México: Me das un aventón.
Venezuela: Cuantos carajitos tienes. México: Cuantos chamacos tienes.
Venezuela: Una merengada de mantecado con dos pitillos. México: Una malteada de vainilla con dos popotes.
Venezuela: Chevere vale. México D.F.: Chido carnal.
Perú: Pégalo con scotch. Venezuela: Pégalo con celoven. México: Pégalo con diurex.
Dime, caifán – La fama de Botellita de Jerez
Comparto este artículo que escribí para La Mosca en la Red hace unos meses.
Un día de 1989, el Mastuerzo y yo fuimos a hacer un trámite engorroso al Sindicato de Músicos. Como salíamos con frecuencia en la tele, más nos valía estar en orden con dicha institución para poder cobrar.
Subíamos unas escaleras del edificio, cuando escuchamos unos gritos. Unas fanáticas nos pedían que nos detuviéramos. Paramos nuestro andar y esperamos a que nos alcanzaran, mientras nos pedían, qué digo pedían, hacían alharaca para que les firmáramos unos autógrafos. Nuestro ego no podía estar mas crecido y su emoción ante el encuentro ya nos había contagiado.
Apenas recibimos de ellas las pequeñas libretas con sus respectivas plumas, cuando sus dueñas nos confesaron que siempre habían querido conocernos en persona, que siempre habían seguido nuestra carrera de cerca y que les encantaban nuestras canciones.
Comenzamos a escribir las mejores de nuestras dedicatorias ante tanto estímulo, cuando un pequeño detalle nos hizo detenernos. Una de ellas le dijo a su compañera que su amigo Chuy jamás creería que habían conocido a los mismísimos Caifanes en persona. El Mastuerzo y yo nos vimos a los ojos y se dio un instante de silencio, mismo que pareció de horas ¿Qué fue lo que nuestros oídos acababan de escuchar? Las fanáticas parecían confundidas ante nuestra reacción. Fue cuando le dije al Mastuerzo: “Ándale, Saúl. Firmemos esto que tenemos prisa”. “Sí, Alfonso”, me contestó.
¿Sabían que…
En el mas puro estilo de «El dato inutil» de mi buen amigo Eduardo Limón, aquí les comparto esto:
¿Sabían que incursioné en el cabaret por invitación de Frnando Rivera Calderón en la obra Todos Somos Emos manejando un poppet?
¿Sabían que comenzé produciendo los discos de Monocordio y posteriormente se integré a su alineación?
¿Sabían que El Mastuerzo y El Cucurrucucú se pelearon con Tony Mendez por el pinche manejo de éste en Rockotitlan? Luego se dieron el abrazo de Acatempan.
¿Sabían que cuando entré a @botellitadjerez ensayábamos en un cuarto de 3m cuadrados que además era una bodega de Rockotitlan?
¿Sabían que cuando @botellitadjerez grabó Forjando Patria en LA me hospedé con Gustavo Farías mientras él producía a Juan Gabriel?
¿Sabían que cuando @botellitadjerez grabó Forjando Patria en LA. Santiago Ojeda se hospedó con el Chivo Lubezki justo cuando se filmaba La Princesita de Cuarón?
¿Sabían que cuando fui a grabar en Aquí de Julieta Venegas en LA, me hospedé en el hotel donde murió Jannis Joplin?
¿Sabían que en 1992 @botellitadjerez había roto con Polygram, Televisa, su manager, su director musical y un integrante para comenzar de cero nuevamente?
¿Sabían que en un concierto de @botellitadjerez, un fan se subió al escenario y se tiró al slam, nadie lo recibió y nosotros dejamos de tocar por la risa?
¿Sabían que Santiago Ojeda se ha destacado como el compositor de música para películas? Casi todas las de Luis Estrada y Alejandro Gambóa.
¿Sabían que Santa Sabina ensayó 3 años en mi cuarto de ensayo, en las oficinas de Discos Antídoto?
¿Sabían que @botellitadjerez tocó en el medio tiempo de un America/Guadalajara en el Estadio Azteca hasta que llegaron el arbitro y Sague con cara de pocos amigos y nos sacaron?
¿Sabían que el Concierto Rock por la Paz y la Tolerancia y el Doce Serpiente inspiraron posteriormente al Vive Latino?
¿Sabían que el Concierto Rock por la Paz y la Tolerancia realizado en febrero de 1995 en el campo de prácticas de CU, se organizó en 1 semana?
¿Sabían que alguna vez toqué con Jovanotti por recomendación de Briseño?
¿Sabían que tras unos tequilas le prometí a Tania Libertad que le pagaría lo que invirtió en mi primer disco? Salió en 1998 y terminé de pagarle en 02.
¿Sabían que Manrique Moheno, el primer manager de @botellitadjerez, terminó como manager de Los Temerarios? #Guacaleaks
¿Sabían que el disco Niña De Mís Ojos de @botellitadjerez salió primero pirata en la frontera con EU, que oficialmente? #Guacaleaks
¿Sabían que comencé a tocar con Café Tacvba por invitación de Joselo Rangel cuando nos conocimos en los ensayos de La Milagrosa? De ahí al Unplugged de Mtv.
¿Sabían que La Milagrosa éramos Julieta Venegas, Fratta, Ivan Moreno y yo? Eventualmente participaría el novio de Julieta en esos días, Joselo Rangel.¿Sabían que Julieta Venegas abría los conciertos de Fratta con dos temas suyos y luego se integraba a la banda?
¿Sabían que Fratta era el ingeniero de sonido de Botellita de Jerez al principio de los 90?
¿Sabían que Botellita de Jerez entró a Discos Culebra por recomendación de Saúl Hernandez a Jesús López, director de BMG en esos días?
¿Sabían que para el disco Forjando Patria de Botellita de Jerez, buscamos a David Byrne como productor y le parecimos muy comerciales? jaja
¿Sabían que para la producción del disco Forjando Patria de Botellita de Jerez, buscamos a John Paul Jones también?
¿Sabían que Felipe Souza ponía las guitarras de mis rústicas grabaciones, cuando yo aun era un estudiante de arquitectura?
¿Sabían que Francisco Barrios y Armando Vega-Gil fueron parte del grupo Los Nakos antes de la aparición de Botellita de Jerez?
¿Sabían que Alex Otaola, Fratta, Santiago Ojeda, Eduardo Dyer y un servidor estudiamos Arquitectura? Algunos acabamos.
¿Sabían que Armando Vega-Gil y Francisco Barrios tienen formación de antropólogos?
¿Sabían que Santiago Ojeda (Botellita de Jerez) y Diego Herrera (Caifanes) son primos?
¿Sabían que Santiago Ojeda formó parte de una primera formación de Caifanes antes de integrarse a Botellita de Jerez?
Neumonia
Presento este texto inspirado en la neumonía que me dio a mediados de 2010 y en el que se basa el cortometraje de mi hermano Victor González. Este proyecto que se realizará en el transcurso del 2011.
Me meterían una sonda para obtener algunas muestras internas del pulmón y así generar cultivos que explicaran esta repentina neumonía. Podrían ser hongos o algún virus oportunista, dado que mis defensas están por los suelos después del transplante de médula. También presento un cuadro severo de anemia. Apenas tengo tiempo de poner un par de mensajes por internet para pedir sangre y plaquetas. Vaya panorama.
Ya en el quirófano, me pusieron la mascarilla y supongo que me suministraron alguna sustancia vía intravenosa. Al segundo suspiro me desconecté.
NO PERCIBO NADA.
El camino está bordeado por unas imágenes semejantes a unos engranajes que giran e interactúan entre sí, con un aspecto muy a lo pop art, aunque sin el colorido propio del estilo artístico; son mas bien tonos grises y cafés. De hecho, es muy tranquilizante. Yo avanzo lentamente entre estas animaciones y doy por hecho que así debe ser. Hay un momento en el cual llego al limite del camino y con la misma naturalidad con la que llegué, tomo el camino de vuelta. En lo profundo de mi entendimiento la experiencia es placentera.
NO PERCIBO NADA.
Estoy confundido. Creo haber despertado, aunque estoy viviendo todo como una serie de fragmentos de realidad. Los doctores me dicen que mi situación es delicada y que debo cambiar mis expectativas, que definitivamente no saldré pronto, a lo que yo respondo casi con un berrinche. Tengo un disco a medias, mis hijas me requieren, no puedo ser un padre ausente, hay presentaciones pactadas, tengo que cancelarlas… y el dinero, no podré recuperar lo invertido, me angustio. “Rafael. Estás grave. Tu pulmón izquierdo se encuentra totalmente inflamado. Te tenemos que entubar porque estás a un paso de un paro respiratorio”. ¿Que es esto? ¿Sigo anestesiado? Me falta el aire. ¿Y mi familia dónde está? Calma. Confío en mis doctores, haré lo que sea necesario.
Mientras me llevaban por el trillado pasillo del hospital, con destino a una sala de operaciones donde me insertarían un catéter en el pecho, recordé la plática con Alex Otaola, apenas unos días antes, sobre lo trillado –más que nada en el cine– de ir por los pasillos de hospital, mismos que él recorrió unas semanas atrás en circunstancias igual de alarmantes. Pierdo la conciencia de nuevo.
NO PERCIBO NADA.
No he abierto los ojos aún, pero escucho las máquinas mientras trabajan. Seguramente están haciendo alguna remodelación en otro piso del hospital. Qué molesto. Oigo un tronido al que interpreto como una señal interna que me avisa cuando vuelvo a la conciencia… o al menos lo que estoy interpretando como conciencia. Nadie más lo puede oír. Se abren mis párpados y estoy en otro cuarto. Apenas me puedo mover. Estoy amarrado, literalmente amarrado. No sólo son los tubos que salen de mi boca, la mascarilla de oxigeno o las sondas que me alimentan o me despojan de todo tipo de sustancias. Tengo mis brazos amarrados a las esquinas de la cama. Estoy aturdido. En mi interior, una orden profunda me indica que no debo dejar de respirar y, sobre todo, no me puedo dormir.
Entran y salen personas. Me sacan sangre, me bañan en la cama, me toman placas de rayos equis y electrocardiogramas. Hay monitores con mis signos vitales sobre mi cabecera. Desfilan enfermeros y doctores que por momentos se transforman en una especie de híbridos entre pájaro y humano. De pronto entra mi familia, acompañada de la madre de mis hijas, pegados a la pared del fondo como si estuvieran en el borde de un desfiladero y tuviesen miedo a caer. Me sonríen y contesto la sonrisa. Se retiran con el mismo cuidado y continúan entrando y saliendo personas y me sacan mas sangre y me vuelven a bañar y me hacen mas estudios. ¿Esto tendrá un fin? ¿Cuando me liberarán? Debo respirar, no me debo dormir. Pasan las horas y el hecho se vuelve interminable, extraño. ¿Y si lo que pasa es que ya estoy muerto? Pero todo es tan real. Como agnóstico, siempre he pensado que al morir me integraré a la energía del universo, pero… ¿si en realidad existen un cielo y un infierno? Debo estar en el purgatorio. ¿Mas por qué yo? ¿Soy tan arrogante de pensar que siempre fui una buena persona? ¿Quien juzga eso?
Estoy agotado. Los ojos se me cierran. No me debo dormir, no puedo dejar de respirar. Los párpados me pesan. Por suerte, el tronido, esa señal interna, siempre me regresa a la realidad o a la irrealidad, no lo sé.
El hombre pájaro entra y me revisa. Me dice: “¡Tose! ¡tose! No dejes de toser, te hace bien. Deja que salgan las flemas”. Noto como éstas se acumulan en mi segunda boca, la de abajo. Pronto me doy cuenta de la sabiduría del hombre pájaro. Ahí está el arma con la que me defenderé de los demonios. Una sustancia tan destructiva que ya me está desgastando los dientes.
¿Y si el tiempo es mas lento para mí? Por eso se me hace eterno todo esto, no acaba. Los párpados me pesan y a veces no puedo evitar cerrarlos. Se ve todo morado. ¡El tronido! No me debo dormir. Entran unas enfermeras y por alguna razón que desconozco, me desatan las manos y me hacen prometerles que no me arrancaré nada. Quiero hablarles pero no puedo, así que afirmo con un gesto de la cabeza. A lo único que atino es a pedir con mímica que me dejen escribir algo. Entre mayúsculas y minúsculas puse: “QuítEnMe los TuboS PorquE El Tiempo PasA más Lento PaRa mí”. La respuesta es negativa, era de esperarse. Salieron y me dejaron solo con mis pensamientos. ¿Estaré muerto? Esto nunca acaba. La próxima vez les preguntaré si estoy en el infierno. Aunque el riesgo de hacerlo es que al descararlos, se mostrarán como los horribles demonios que son. ¿O no? Debo ser valiente y enfrentar cualquier revelación. No aguanto el sueño. Por un instante veo todo blanco. Es como la invidencia que describe José Saramago en Ensayo sobre la ceguera. Un blanco envolvente, una gran pantalla luminosa frente a mí. El tronido me regresa una vez más. No debo dejar de respirar, no me debo dormir.
Entra el hombre pájaro, ahora acompañado de otro hombre pájaro un poco más alto que él. Me revisan y discuten entre ellos. Me simpatizan. El bajito sabio me pide que respire profundo y no puedo evitar toser. “¡Eso! ¡Eso! ¡Tose! Eso es lo mejor”, me repite una y otra vez. “Tose, tose”, dice al retirarse. Qué loco está, pero me cae bien. Más muestras de sangre, más baños y mis piernas se mueven solas… o más bien hay algo que las mueve, pero no estoy seguro de qué. Siguen remodelando otro piso del hospital, las máquinas no dejan de sonar. Deben estar ampliando el edificio. Qué molesto. Todo es verde otra vez. Tronido.
Mi padre esta frente a mí. Le sonrío y parece gustarle esa mueca detrás de la mascarilla. No entiendo lo que me dice. Cierro los ojos. Ahora todo es verde. Suena el tronido y vuelvo. Es mi mamá la que está a un lado de mi cama. Pobres, qué malos momentos les estoy dando. Me dice que no me preocupe por el dinero y que mi papá esta viendo lo del seguro, que ya pagó mi predial. “¿El predial?”, pienso. Suena el tronido y mi mamá voltea ¡Ella también lo oye! Debe ser una condición especial por ser madre e hijo. Algún tipo de percepción que compartimos de forma natural. Cierro los ojos. Hay un paisaje en el cual se ve una caravana en la lejanía, me gusta. Suena el tronido y vuelvo. Un enfermero y una enfermera me están acomodando en la cama. Como antes, con mímica, les pido que me dejen escribirles. Me armo de valor y anoto: “¿EstOy eN el infierno O eN el PurgAtorio? Si es así ¿PoR qué Yo?”. Espero su reacción y me invade el miedo, casi pavor. Ellos se ven entre sí, se notan confundidos. Tras unos segundos, el enfermero me contesta: “No, tranquilo. Estás enfermo y debes ser paciente”. Me veían con compasión. No hubo transformación ni infierno ni demonios. Desconfío igual. Esto no es normal. No es un sueño y la realidad es tan extraña. Cierro los párpados y sólo veo morado otra vez. Debo respirar, no me puedo dormir.
El tronido me regresa. “¿Rafael, cómo estás?”, me pregunta la doctora Elizabeth. Asiento con la cabeza. “Qué susto nos has dado”, continúa. Ahora le pido a ella que me deje escribirle algo. “TeNgO miedo de dormir eSta noChe”. Me sonríe y me dice: “No te preocupes. Nada va a pasar. Te estamos cuidando y estás mejorando”. No puedo más. Estoy agotado. Qué día tan largo. Cierro los ojos.
Me despierto porque me están quitando el tubo. Vuelve el miedo. ¿Y si no puedo respirar? Es un alivio ver que el aire entra directamente por mi boca, sin ninguna consecuencia fatal. Me preguntan si estoy bien y afirmo. Ahora me ponen una mascarilla diferente, un poco asfixiante pero mejor que el tubo y la mascarilla anterior. Mi segunda boca ha desaparecido. Debo respirar, puedo respirar. No muero aún. Descanso.
NO PERCIBO NADA.
“Buenos días ¿Cómo te sientes?¿Sabes que llevas una semana sedado? Estás en terapia intensiva”, me dice mi papá. “No sé, no me acuerdo. ¿Una semana?”, contesto sin entender qué pasa. Tengo una laguna mental de varios días. Que manera de perder el control. Me siento más vulnerable de lo que ya me sentía. “¿Estuve inconsciente?”, pregunto. Mi papá me explica que no exactamente, que hubo momentos en que me disminuían el sedante y tenía momentos de semiconciencia. Ahora suena el tronido y como si fuera un balde de agua fría que cae sobre mí, inclemente, recuerdo todo. He vivido con mis sentidos alterados una semana, como si fuera un largo y tormentoso día. No fue una pesadilla, no estuve muerto, fue algo bastante terrenal. Simplemente percibí todo bajo la influencia de sustancias que alteraron mis sentidos. El tronido es producido por una pequeña bomba que infla unas botas hidráulicas especiales que me pusieron en las piernas para evitar trombosis. Otro aparato a mi lado suena inocentemente, como las máquinas que suponía eran sierras de una obra de ampliación del hospital. Los doctores dejaron su aspecto de pájaro. Una enfermera me saluda con mucha familiaridad, pero no la recuerdo. Me explican que estuve a un paso de la muerte. Entenderlo de pronto no es muy fácil.
Estaré tres semanas más en el hospital, ya que la anemia aún no está controlada. Me pasarán a terapia intermedia, en donde compartiré el piso con Luis Echeverría (¡ay, nanita!). Después, a un cuarto normal.
Al salir de terapia intensiva, veo sobre la pared unas flores que se mueven. Cuando quiero confirmar mi visión ya no están. He bajado diez kilos.
Vivimos en
Un Mundo Frágil